Festival de Cine de Lima: Gente de Bien

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Gente de Bien, de Franco Lolli, es un drama colombiano del que disfruté bastante, pero que lamentablemente se me cayó un poco hacia el final. Sin embargo, los últimos diez minutos no fueron lo suficientemente decepcionantes como para arruinar la experiencia general. Después de todo, Gente de Bien es una cinta muy bien actuada, un drama efectivo con contenido social con el cual es fácil identificarnos acá en Sudamérica sin importar en qué país vivamos.

El filme nos cuenta la historia de Eric (Bryan Santamaría), un niño de 10 años que se encuentra viviendo de la noche a la mañana con Gabriel (Carlos Fernando Pérez), su padre a quien apenas conoce. Al ver que al hombre le cuesta mantenerse a flote económicamente y que no logra construir una relación con su hijo, María Isabel (Alejandra Borrero), la mujer para la que Gabriel trabaja como carpintero, decide tomar al niño bajo su ala.

 

El conflicto principal, por así decirlo, está entre Eric y sus nuevos alrededores. El chico es un niño que ha crecido con gente de pocos recursos en lugares bastante pobres, y el hecho de que ahora vive con una mujer de dinero, en casas grandes y rodeado por niños más engreídos es chocante para él. Se trata de una historia de diferencias sociales y hasta culturales (a pesar de que todos los personajes han crecido en la misma ciudad), cuestión con la cual es fácil identificarme porque la desigualdad social y económica en el Perú (especialmente Lima) es significativa.

Además, la historia no sólo me pareció familiar, sino que también estuvo bien tratada. Los personajes muy bien hubieran podido ser transformados en caricaturas, y la historia en algo exagerado y poco creíble, pero felizmente ese no es el caso. No hay “malos” ni “buenos”; los ricos no son engreídos y alienados (bueno, no completamente al menos), y los pobres no son las víctimas. Lo que la cinta plantea es que meter a un niño en un lugar al que no está acostumbrado, con gente que ha sido criada de manera totalmente diferente a él, le causaría un shock, a pesar de que al principio disfruta el cambio. Una escena en la que Eric juega en la piscina con otros niños [de familia millonaria] y poco a poco comienza a ser más y más fastidiado es particularmente buena. Los otros niños no son presentados como los “malos” ni Eric como el “bueno”; es simplemente una situación que se daría por las diferencias de comportamiento entre ellos.

 

Siguiendo la tendencia que he estado viendo en este 18 Festival de Cine de Lima, el protagonista de Gente de bien es un niño, y como en la mayoría de los casos, la actuación de dicho infante es muy buena. Eric tiene problemas de actitud, y aunque por momentos puede caer bastante mal, en general el trabajo de Bryan Santamaría es suficientemente bueno como para que no terminemos odiándolo. El personaje tiene suficientes momentos de ternura como para que resalten como sus escenas más oscuras. Como Gabriel, Carlos Fernando Pérez es bueno; se trata de una actuación tenue pero efectiva. Y como María Isabel, Alejandra Borrero emana simpatía, a pesar de que eventualmente se tiene que dar cuenta que, por muchas buenas intenciones que tenga, no hay mucho que pueda hacer por Eric.

Realmente el único problema que tengo con la cinta es el final. Es repentino, chocante y me dio la sensación de que los personajes no habían logrado ni aprendido mucho. No quiero arruinar la película; sólo diré que el filme termina con algo que muy pocas veces se ve en películas comerciales (de hecho algo parecido a una escena en Tierra en la lengua, pero mucho menos cruel) y que hasta cierto punto me pareció un poco innecesario. Quizás Lolli tenía un objetivo claro con este final, algún tipo de lección para sus personajes, pero a mí no me convenció.

 

A fin de cuentas, y a pesar de algunos problemas que pueda tener, Gente de bien es un buen filme. De manera similar a otras cintas que he estado viendo últimamente, nos presenta con una gran actuación por parte de un niño actor, tiene mucho que decir sobre las diferencias sociales en Colombia, tiene contenido dramático que funciona, y en general cuenta una historia interesante y nada aburrida. No es muy larga (noventa minutos, aproximadamente) y aunque quizás un final mejor desarrollado le hubiera beneficiado, no me decepcionó. Es un buen comienzo para Franco Lolli (es su ópera prima), por lo que estaré esperando con ansias su siguiente producción.

Avance oficial:

75%
Puntuación
  • Mi calificación

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