Star Wars Episodio III: La Venganza de los Sith. Mi precuela favorita.

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Y es hora. Es hora de hablar de la película que es, para mí, la mejor de las tres precuelas y, aunque mucha gente no lo crea o probablemente crea que soy un chibolo que no sabe nada de nada por esto, es también mi segunda película deStar Wars favorita. (La mejor de todas siendo, por supuesto, el Episodio V, pero no se preocupen, eso lo veremos más adelante.) Con suerte este review será suficiente para dar a entender las razones por las cuales La venganza de los Sith me gusta tanto. No trataré de convencerlos, necesariamente, pero al menos podrán entender por qué disfruto tanto de esta película. Gente, en serio, no deberían juntarla con las dos anteriores. (Después de todo, tiene un rating de 80% en rottentomatoes.com. La mayoría de personas suele olvidarse de eso.)

Ahora bien, cabe mencionar que acepto que La venganza de los Sith tiene fallas. Es más, probablemente tenga más fallas que el Episodio IV (pero menos que El regreso del Jedi… en serio, los Ewoks, tío….) Pero hay varios factores que hacen que siempre disfrute de verla. En general, supongo que esa es mi sensación hacia las tres precuelas. Claramente son inferiores a la Trilogía Original: el diálogo es más cursi, las actuaciones son más tiesas, y la trama es manejada de manera más errática. Supongo que solo son superiores a nivel visual (si hay algo que Lucas realmente sabe hacer, es construir mundos fantásticos enteros y crear películas visualmente deslumbrantes, aunque a veces tiende a emocionarse con los efectos digitales.) Pero a pesar de todo eso… bueno, es Star Wars. Me encantan los personajes, la historia, las escenas de acción, incluso una que otra línea de diálogo cursi. Así que jamás me leerán destruyendo las precuelas, diciendo como “Lucas violó mi infancia”. Por más que a algunos no les guste… las precuelas fueron mi infancia.

Pero bueno, pasando a esta tercera película. Se desarrolla unos años después del Episodio II. La Guerra de los Clones está cerca de terminar, pero la República no está cerca de ganar. La película comienza con una de las batallas espaciales más espectaculares de la saga, con Obi-Wan (Ewan McGregor), ahora un general, y Anakin Skywalker (Hayden Christensen), ahora un Caballero Jedi y ya no Padawan, en sus cazas peleando contra los separatistas e infiltrándose a la nave del General Grievous (voz de Matthew Wood), un ciborg cobarde pero intimidante. Después de matar al Conde Dooku (Christopher Lee) y aterrizar la nave de Grievous en Coruscant, Anakin regresa a los brazos de su ahora-esposa Padmé Amidala (Natalie Portman), quien le anuncia que está embarazada. Mientras tanto, el consejo Jedi, liderado por Yoda (voz de Frank Oz) y Mace Windu (Samuel L. “Motherfucker” Jackson) no confía en Anakin, ya que consideran que es muy cercano al Canciller Palpatine (Ian McDiamird) y demasiado ambicioso. Y bueno, como todos ya sabemos, eso no lo es todo – Palpatine comienza ya a seducir de manera más abierta a Anakin al Lado Oscuro, tentándolo con la posibilidad de salvar a Padmé, a quien Anakin ve muriendo continuamente en sus sueños. Se trata de una precuela, sabemos lo que va a pasar porque ya hemos visto lo que sucede posteriormente – la cosa es ver cómo sucede la caída de Anakin, y en ese sentido la película no me decepcionó.

Como dije antes, el comienzo de la película es uno de mis momentos favoritos de la saga entera, y creo yo, demuestra en lo que Lucas es realmente bueno: en crear una aventura, una secuencia de emoción y acción y comedia. No será el mejor guionista a la hora de crear un romance o un drama, pero ciertamente sabe lo que hace cuándo se trata de acción. Esta batalla no solamente es de las más complejas y visualmente vibrantes de la saga, sino que también logra hacer algo que se vio muy poco en el Episodio anterior: crear una sensación de camaradería entre Anakin y Obi-Wan. Obviamente, esto es importante porque se supone que estos dos han pasado años como maestro y aprendiz, últimamente peleando en una guerra, y porque esnecesario tener una idea de cómo es su relación para que la destrucción de la misma nos importe. En ese sentido, Lucas tuvo éxito. Me encanta cómo Anakin salva a Obi-Wan de los buzz droids (aunque no tan bien cómo uno se imaginaría); me encanta cómo se fastidian en el interior de la nave de Grievous, incluyendo una que otra línea de diálogo sarcástica. Y me encanta cómo pelean juntos contra Dooku, con Anakin salvando a Obi después de haber matado al Lord Sith, a pesar de que Palpy trataba de convencerlo de abandonarlo. Es la relación más importante de la película (más importante que la relación entre Anakin y Padmé, diría yo), y funciona.

Y aunque creo que pudo manejarse de manera algo más sutil, creo que la caída de Anakin en el Lado Oscuro también funciona. El personaje comienza la película como un protagonista arrogante, en general bueno pero demasiado ambicioso, muy preocupado de su esposa y su futuro hijo pero algo celoso del consejo Jedi. Y es interesante ver como Palpatine se aprovecha de todo esto para volverlo en un Lord Sith. Una de mis escenas favoritas se desarrolla en la Ópera de Coruscant, en donde Palpatine le cuenta a Anakin la historia de su Maestro, Darth Plagueis, quien encontró la llave de la inmortalidad y de salvar a sus seres queridos de la muerte. No lo dice de frente, pero se da a entender que Palpatine era el aprendiz de Plagueis (esto se confirmó en un libro que salió a la venta hacer un par de años, llamado, apropiadamente, Star Wars: Darth Plagueis), quien también lo mató, y que ahora él posee el secreto. No es necesariamente la escena en donde Anakin se vuelve al Lado Oscuro, pero es una en las que se va convenciendo.

La actuación de Hayden Christensen es vital para que la caída de Anakin sea verosímil, y en general… la hace bien. En general. La mayoría del tiempo. (Pero no siempre.) Al igual que en El ataque de los clones, no convence en las escenas románticas y le cuesta trabajo decir algunas líneas, pero es realmente bueno a la hora de transmitir odio puro. Curiosamente (y esto dice bastante de la manera en que Lucas escribe diálogo), a mi parecer la mejor escena de Christensen en la película es una en donde no hay diálogo. Tenemos a Anakin en el Consejo Jedi, vacío, mirando hacia el departamento de Padmé, en donde ella se encuentra también mirando a su dirección. La música magistral de John Williams, las expresiones de los dos actores, las vistas impresionantes y a la vez tristes (con una puesta de sol bien dramática), la reacción subsecuente de Anakin… todo es perfecto en esta escena, y a diferencia de muchos de los diálogos en la película, da a entender perfectamente cómo se siente Anakin en relación a Padmé.

El resto de actuaciones son bastante decentes también. Ian McMiamird es perfecto como Palpatine. Es en esta película que ya por fin se deja de sutilezas y demuestra todo su poder en el Lado Oscuro. Como el Canciller, se ve perfectamente cómo va seduciendo a Anakin al Lado Oscuro, y como el Emperador, ya desfigurado y con su capucha, es uno de los villanos más divertidos del cine. Ríe malévolamente, pelea contra Yoda, incluso sobre-actúa de cuando en cuándo (por algo su frase de “UNLIMITED POWAAAAAAHHHH!!!” se ha vuelto un meme en Internet), lo cual demuestra que McMiamird se divertía bastante con su actuación.

Al igual que en el Episodio II, a Ewan McGregor lo veo un poco más suelto como Obi-Wan. Durante el principio Lucas le da la oportunidad de ser sarcástico y divertirse como un Maestro Jedi, pero mientras las cosas se ponen más serias, también se puede ver en su actuación cómo va reaccionando a la caída de Anakin, primero con tristeza pero luego con decisión. Como suele suceder con los guiones de Lucas, tropieza un poco con algunas líneas de diálogo (la escena en la que le cuenta a Padmé que Anakin mató a los younglings es vergonzosa), pero en general la hace bien. Natalie Portman tiene menos que hacer en las dos películas anteriores, pero se defiende en las escenas dramáticas (especialmente cuando llora.) Samuel L. Jackson tiene una muerte digna como Mace Windu, y las apariciones de personajes clásicos como C-3PO, R2-D2 y, por supuesto, Yoda, ahora más activo que nunca, son precisas.

Visualmente, La venganza de los Sith supera a las dos películas anteriores, y era de lo más sorprendente que se podía ver en los cines allá por el año 2005. Ya no tenemos personajes digitales caricaturezcos como en La amenaza fantasma, ni escenarios virtuales poco convincentes como en El ataque de los clones. Por fin Lucas logra con esta película el combinar todo tipo de técnicas (imágenes digitales por montones, maquetas, trucos visuales, escenarios reales) para crear mundos creíbles y fantásticos. Kashyyyk, el mundo de los Wookiees visto por primera vez en una película, es una increíble mezcla entre jungla y playa. Utapau, donde se esconde el general Grievous, es creativo en su diseño. Los planetas donde vemos se ejecuta la Orden 66 (la exterminación de los Jedi) son variados e imaginativos (mi favorito es Felucia, el planeta de hongos y vegetación colorida gigante.) Pero el mundo más resaltante es Mustafar, el planeta de lava y fuego donde Anakin y Obi-Wan tienen su confrontación final. Es definitivamente el mundo más realista y espectacular de todos los vistos en la saga; la lava (hecha tanto con CGI como con imágenes de erupciones reales) le da una cualidad visual muy interesante a las escenas en este planeta, haciendo que uno casi pueda sentir el calor. La pelea en sí es de proporciones épicas, y aunque a veces siento que Lucas fue un poco muy ambicioso con algunas tomas, creo que funciona perfectamente.

A final de cuentas, es resaltante el hecho de que Lucas haya podido crear un universo y una saga cohesiva de seis películas, y que después de tantos años pudo “cerrar el círculo“, por así decirlo, con el Episodio III. No es un filme perfecto, pero ciertamente es la mejor de las precuelas. Los efectos especiales son mejores, la acción es más espectacular, el drama es más palpable, las actuaciones todavía son fallidas pero están mejorcitas, y tal y como prometió cuando se mandó a hacer esta nueva trilogía, el buen George llega a explicar cómo fue que Anakin cayó al Lado Oscuro y se convirtió en el cyborg que todos conocemos, Darth Vader. (Para aquellos que no han visto la película, no quise decirles nada sobre su transformación física – es una secuencia conmovedora y poderosa, especialmente por la manera en que es narrada en paralelo con otra escena… ¡qué pena que el clímax sea tan cursi!) Como dije al principio, La venganza de los Sith es mi segunda película favorita de Star Wars, y por algo es: a pesar de todas las fallas que pueda tener, para un fanático como yo, es una de las más entretenidas y significantes de la saga.

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