Jurassic Park 3D: un blockbuster clásico en los cines

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Jurassic Park es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Junto con otras como La MomiaMortal KombatLa Máscara y todas las de Star Wars, formó parte de mi infancia, habiéndola visto incontables veces en VHS y DVD. Pero curiosamente nunca la había llegado a ver en el cine – después de todo, el estreno original fue en el año 1993, antes de setiembre, por lo que solo tenía 2 años de edad, demasiado joven como para ir a una sala de cine sin llorar y molestar a los demás (especialmente cuando se trata de una película de dinosaurios…) Es por todo esto que me emocioné tanto cuando me enteré de que reestrenarían Jurassic Park en los cines; ni siquiera el hecho de que fuera presentada en 3D fue suficiente para bajar mis expectativas. Iba a ir a ver la película en una pantalla grande sí o sí, cosa que esperaba fuera una experiencia increíble. Y felizmente puedo decir que lo fue.

Para aquellas cuatro personas que no hayan visto la película, la trama es interesante y simple. Nuestros protagonistas son Alan Grant (Sam Neill) y Ellie Sattler (Laura Dern), dos paleontólogos que son llamados por el multimillonario John Hammond (el gran Richard Attenborough) para que vayan a su nuevo parque de atracciones en una isla cerca de Costa Rica y lo… aprueben. Confundidos, sólo aceptan porque a cambio de su viaje, Hammond promete financiar sus excavaciones por los siguientes tres años. Pero cuando llegan se encuentran con algo increíble – Hammond ha logrado traer a los dinosaurios de vuelta a la vida. Junto con ellos, también ha llamado a un matemático llamado Ian Malcolm (Jeff Goldblum), quien está obsesionado con su teoría del caos; a un abogado cobarde (Martin Ferrero) y a sus dos nietos, (Joseph Mazzello y Ariana Richards), su «público objetivo». Pero como debe ser en una película de este estilo, todo sale mal y los dinosaurios escapan, en parte gracias a las acciones irresponsables de un trabajador resentido con Hammond, el programador Dennis Nedry (Wayne Knight.)

Casi nadie va a ver estas películas por la trama. Después de todo, se trata, a nivel básico, de una película de monstruos, algo así como un Godzilla más moderno, solo que en vez de tener criaturas fantásticas, tenemos a los dinosaurios, quienes sí existieron hace millones de años. Felizmente, esto no quiere decir que los personajes o la historia en sí sean estúpidos o aburridos. Todo lo contrario – la trama es simple pero coherente, presentando la existencia de este parque de manera verosímil, incluso con algunas bases científicas. Evidentemente sabemos que no nos es posible traer a los dinosaurios de vuelta a la vida, pero la película presenta su premisa de tal manera de que podemos considerar que, teniendo todos los requisitos que se necesitarían (especialmente la sangre de dinosaurio que, siendo justos, sería bien difícil de encontrar, incluso de la manera en que Hammond nos explica, y especialmente cuando son tantas especies), sí podría funcionar. No se siente como algo demasiado jalado de los pelos, lo cual ayuda a que nos «metamos» más en la película.

Además, a diferencia de muchas películas de monstruos o de desastre, los personajes también funcionan. No son demasiado complejos ni sufren cambios particularmente profundos, pero sirven para que uno se identifique con ellos y nos importe cuando están en peligro (es decir, a punto de convertirse en el almuerzo de un Tiranosaurio Rex.) Sam Neill interpreta a Grant con dignidad y seriedad, como alguien que se toma su trabajo en serio; lo interesante es que es uno de los que sufren uno de los mayores cambios, pasando de alguien que odia a los niños a un hombre que, después de haber cuidado de los nietos de Hammond, los aprecia más. La Sattler de Laura Dern es un poco más unidimensional, pero compensa la falta de complejidad de su personaje con carisma. El gran Richard Attenborough (director de películas como Gandhi o Chaplin) interpreta a Hammond como alguien con buenas intenciones que no supo manejar su creación, y los dos niños, aunque a veces un poco gritones, no son demasiado irritantes. Pero creo que mi personaje favorito es el Ian Malcolm de Jeff Goldblum, un matemático excéntrico y carismático, el único personaje que inicialmente comprende todo lo malo que tiene el parque. No es un personaje terriblemente profundo, pero Goldblum lo convierte en uno memorable y divertido.

Pero lo más sobresaliente, la razón principal por la que la gente ve Jurassic Park, es por los dinosaurios, e incluso 20 (!) años después de su estreno, estas criaturas no dejan de sorprender. A diferencia de la mayoría de películas contemporáneas, el filme no hace uso exclusivo de imágenes digitales para crear a los dinosaurios – se trata, pues de una mezcla entre CGI (para las tomas más lejanas), dinosaurios animatrónicos reales (para los primeros planos), e incluso una que otra toma realizada con la técnica de stopmotion. Esta mezcla de métodos hace que los dinosaurios se vean absolutamente reales; no hay ninguna toma que se vea demasiado caricaturezca o falsa, cosa que sucede en muchos filmes contemporáneos que abusan de los efectos digitales. Y lo más interesante es que los dinosaurios no hacen su aparición hasta bien avanzada la película. De manera similar a lo que hizo con Tiburón, Spielberg crea anticipación y tensión, para poder así revelar a las criaturas de la manera más majestuosa e increíble posible (de hecho la música del gran John Williams ayuda.) Revelarlos durante el principio del filme no hubiera tenido el mismo efecto.

¿Y qué hay del 3D? Después de todo, es el único formato en el que podrán encontrar este reestreno, al menos aquí en el Perú. Bueno, felizmente puedo decir que se trata de una conversión decente. La imagen es clara y vibrante, no hay ninguna toma borrosa, y el efecto en general le da una buena sensación de profundidad a la película. Incluso hay un par de momentos en que parece que los dinosaurios se salen de la pantalla, especialmente cuando atacan a alguno de los protagonistas. No se trata de una conversión perfecta – hay varias escenas en las que el 3D ni se siente, lo cual hizo que me pregunte cuál era el chiste de todo esto – pero al menos no le hace daño a la experiencia. La pondría al mismo nivel que la conversión de Star Wars Episodio I, supongo.

En fin, lo más resaltante de todo esto es que tuve, por fin, la oportunidad de ver una de mis películas favoritas en la pantalla grande por primera vez, y fue una experiencia que siempre recordaré, independientemente de que tanto o tan poco haya contribuido el efecto 3D al filme. Se trata, pues, de uno de esos blockbusters que sólo Spielberg sabe hacer: extremadamente entretenido, moderadamente inteligente, lleno de escenas de suspenso y tensión, y presentando efectos especiales perfectos. Históricamente, Jurassic Park fue la película que introdujo los efectos digitales almainstream, por así decirlo. Incluso fue responsable de convencer a George Lucas de que ya era tecnológicamente posible el realizar nuevas películas de Star Wars. Y a diferencia de muchas otras películas que fueron revolucionarias en su momento, Jurassic Park ha envejecido bastante bien. Es cierto, las PCs se ven anticuadas y si alguno de los personajes tuviese un teléfono móvil la película hubiera durado media hora. Pero lo más importante todavía funciona: la historia, los personajes, y las criaturas, las cuales se ven tan reales que uno espera ver a un «entrenador de dinosaurios» en los créditos finales. No se trata de una obra maestra, pero Jurassic Park es altamente recomendable como entretenimiento puro, especialmente ahora que se puede ver en cines.

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