Buenos Vecinos: una divertida y chocante comedia

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Esto es algo que no me había sucedido antes: gracias a nuestros amigos de Fanáticos del Cine, pude atender a una función de la película Buenos Vecinos (Neighbors), la cual se estrena oficialmente acá en el Perú recién dentro de dos semanas. Y qué bien que se trató de esa película, puesto que estuvo realmente divertida. Cochina, eso es cierto, y llena de humor chocante, pero con una sorpresiva cantidad de sentimiento. No se trata necesariamente de la mejor comedia que jamás haya visto, pero si de la más divertida que haya podido disfrutar hasta ahora este año.

La trama es simple, pero llena de oportunidades para que sucedan eventos alocados. Mac (Seth Rogen) y Kelly (Rose Byrne, usando su acento nativo Australiano para variar) acaban de tener a una bebé y se han mudado a una casa grande y bonita en un barrio aparentemente tranquilo. Y aunque sí, al principio comienzan a sentir los cambios que vienen con una vida familiar nueva, en general todo está tranquilo. Hasta que una fraternidad universitaria, liderada por Teddy (Zac Efron) y Pete (Dave «Mini-Theo-James» Franco) se muda a la casa de al lado. Nuestros protagonistas tratan primero de ganarse la amistad de los chicos para pedirles que no hagan mucho ruido y parecer cool, pero cuando no les hacen caso, las cosas se ponen más agresivas. Y es aquí, por supuesto, cuando las cosas se ponen también más hilarantes.

 

Es cierto que Buenos Vecinos es una comedia para mayores, llena de actos algo grotescos y en general chistes que se mueven en la línea entre lo gracioso y lo asqueroso. Y teniendo eso en cuenta, a muchos podría no gustarles el filme, pero lo cierto es que, a diferencias de otras comedias que han fallado horriblemente porque no hacen nada más que dar asco, este filme en particular funciona por tres simples razones: 1.) tiene una trama coherente, 2.) tiene personas arquetípicos pero creíbles y bien desarrollados, y 3.) simplemente da mucha risa. La ides es que la audiencia no se ríe de los personajes, si no más bien con ellos, por lo que nunca llegan a dar pena, y más bien nos importan. Simpatizamos con Mac y Kelly y los problemas que los chibolos de al lado les dan.

Y esa es otra cuestión: la comedia es bastante exagerada, pero sin embargo las situaciones que nuestros protagonistas viven son muy reales, cuestiones con las cuales muchos padres se podrán identificar. Después de todo, ellos ya viven una vida más tranquila y todo lo que quieren es un poco de paz para que su bebé pueda dormir. El comienzo de la película, por ejemplo, es bastante genial aunque algo crudo para gente sensible: tenemos a Mac y Kelly tratando de tener sexo en su casa, tratando de ser «espontáneos», pero simplemente no pueden porque su bebé no deja de mirarlos y se sienten incómodos. El tema principal de la película es el cambio que se da cuando uno pasar de ser un adolescente «juerguero» a un adulto responsable, y es algo que se maneja de buena manera a lo largo de la película.

 

Lo cual no quiere decir que no haya chistes exagerados o momentos hilarantemente asquerosos, porque sí los hay. Ahora, como en toda comedia, no todos los gags funcionan necesariamente, y de hecho hay menos humor durante la última media hora, pero en general me divertí bastante con la comedia que nos presenta el filme. Tenemos, por ejemplo, una secuencia en donde el Teddy de Efron comienza a explicar la historia de su fraternidad con flashbacks y todo (y es en ellos que tenemos una serie de divertidos cameos que no me esperaba), o si no también una escena en donde los senos de Kelly se llenan de leche, el «exprimidor» se ha roto, y no pueden darle la leche a la niña porque tiene alcohol, por lo que Mac tiene que… bueno, no quiero arruinarles el chiste. Sí, puede llegar a ser de mal gusto y chocante, pero a la vez son momentos que tienen algo de verdad en ellos, por lo que uno simplemente no puede evitar explotar de risa.

Las actuaciones son las adecuadas para este tipo de película. Seth Rogen interpreta básicamente el mismo papel de siempre, el del stoner que tiene que madurar y aprender a vivir la vida de un adulto. Rogen ya es todo un experto en ello, por lo que, predeciblemente, hace un buen trabajo. Rose Byrne, quien trabajó con el director Nicholas Stoller anteriormente en Get Him to the Greek, logra crear un personaje interesante; no se trata de la típica esposa regañona que tiene que cuidar al esposo inmaduro (me encantó, de hecho, cuando los personajes hicieron referencia a este cliché, tan presente en las producciones de Kevin James y en muchas sitcoms), si no más bien una chica más alocada que ama a su hija y a su esposo pero que también quiere divertirse de cuando en cuando. Zac Efron me convenció: su personaje es engreído y algo malvado, pero nunca se convierte en un estereotipo, cosa que se nota particularmente durante el final (el cual me gustó.) Si lo que quiere Efron es alejarse lo más que pueda de su época en Disney, lo está logrando.

 

Buenos Vecinos es una comedia muy bien lograda, pero como siempre cuando se habla de este género, no le va a gustar necesariamente a todo el mundo. Después de todo, es el tipo de comedia en la que siempre se ha visto involucrado Seth Rogen: chocante, exagerada y a veces bastante incómoda. Sin embargo, el filme funciona porque le da bastante humanidad y credibilidad a sus personajes, incluyendo al «villano» de Zac Efron, quien nunca se convierte en un cliché y le da mucha importancia a su amistad con sus «hermanos», especialmente el Pete de Dave Franco. Es hilarante, entretenida y no insulta la inteligencia de su público. Recomendable.

Avance oficial:

75%
Puntuación
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