Transformers: La Era de la Extinción

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No me considero un cinéfilo elitista. Es cierto que me gustan mucho los dramas y las películas realistas, las cintas con contenido intelectual y emocional, filmes bien actuados y de temas fuertes y trascendentes. Pero a la vez, soy un geek de corazón, un fanático acérrimo de la saga de Star Wars(simplemente no puedo esperar a que estrenen el Episodio VII), me encantan las películas de Marvel y DC, e incluso tengo por ahí uno que otro placer culposo como Van Helsing o La Momia, películas que no son buenas necesariamente, pero que tienen cierto encanto que las hace increíblemente divertidas. Hey, incluso me gustó la primera de Transformers; no será una obra maestra, pero al menos era entretenida y fácil de entender y no duraba casi lo mismo que Lo que el viento se llevó.

Habiendo dicho eso, odié Transformers: La Era de la Extinción. La odié, la odié, la ODIÉ. OK, de repente estoy exagerando, quizás no salí molesto de la sala de cine, pero sí aburrido, estremecido y hasta agotado. Es una película que te quita las ganas de estar despierto, que te ataca todos los sentidos a la vez y sin piedad, un filme que tiene muy poco sentido lo veas por donde la veas y que, para colmo de males, DURA CASI TRES MALDITAS HORAS. Son tres horas que jamás me devolverán, tres horas que pude haber usado para cualquier otra cosa. En serio, cualquier otra cosa menos Transformers 4.

 

Pero hey, al menos el pop-corn estuvo rico. Mi enamorada y yo nos pedimos uno de esos baldes grandazos porque yo sabía que la comida tenía que durar. Sabía que iba a ser un filme interminable de matanza y metal chocando y volando por todas partes, explosiones exageradas cada tres segundos y diálogo tan idiota que estoy seguro me destruyó un par de neuronas.

Ah sí, mi enamorada. Gracias, Vane, en serio, por acompañarme a ver esta atrocidad. No importa cuántas veces te advertía de que iba a ser pésima pero que tenía que ir a verla por trabajo, siempre insistías en que irías conmigo. Y lo hiciste. Y saliste igual de aturdida de que yo del cine, igual de confundida y molesta e indignada.

Benditas sean las personas que fueron saliendo de la sala de cine de una en una o de dos en dos durante la proyección. Yo jamás me he salido del cine, mi código personal, por así decirlo, me lo impide: la entrada de cine me ha costado dinero, mi dinero, por lo que no voy a desperdiciarlo. Tengo que ver la película entera, por más mala que sea, por más aburrida o estúpida o inepta. Pero debo admitir que en este caso me dieron unas ganas realmente locas de irme. Pero me aguanté. Y resistí.

 

Pero un rato, ¿al menos la película tiene algún tipo de trama, algún tipo de narrativa que le de aunque sea un gramo de coherencia? Supongo que sí; estoy seguro que a Michael Bay le encantaría hacer una película de tres horas que no sea nada más que robots gigantes dándose palizas, pero gracias al cielo no se lo han permitido (por el momento.) Nuestro protagonista es Mark Wahlberg, quien interpreta a Cade Yeager (en serio, así se llama), un inventor que vive con su hija adolescente, Tessa (interpretada por Nicola Peltz) en una granja en Texas. Un buen día compra un camión usado, y al investigarlo descubre que es un Transformer, o mejor dicho, EL Transformer: Optimus Prime (voz de Peter Cullen.) Este descubrimiento atraerá la atención de la CIA y su líder, Harold Attinger (Kelsey Grammer), quien se está encargando de eliminar a todos los Transformers de la faz de la tierra, con la ayuda de, irónicamente, otro Transformer: Lockdown (voz de Mark Ryan), quien está buscando a Optimus. Ah, y Attinger también ha formado una alianza con un mega empresario llamado Joshua Joyce (Stanley Tucci), quien ha encontrado la forma de crear Transformers a partir de un nuevo elemento: Transformium. Sí….

Lo más loco de la película es que a pesar de ser increíblemente tonta y vacía, tiene una trama innecesariamente enredada. Tenemos decenas de personajes, tanto robots como humanos, y casi ninguno tiene desarrollo o personalidad alguna o, en el caso de los humanos al menos, son estereotipos andantes. Marky Mark interpreta al Padre Sobre-protector; Nicola Peltz a la Adolescente Hormonal; Stanley Tucci es el Empresario Egomaníaco; Kelsey Grammer es el Villano Amoral, etc. etc. Incluso, como en la mayoría de películas de Bay, tenemos al Compañero Chistoso, quien felizmente no aparece por mucho rato. (No es muy chistoso.) De los robots solo reconocí a Optimus, Bumblebee (nunca explican por qué dejó de parar con el personaje de Shia LaBeouf de las cintas anteriores) y un nuevo villano que luce sospechosamente parecido al supuestamente fallecido Megatron. Uy, por qué será….

 

Definitivamente uno de los mayores problemas de la película es el guión, el cual parece haber sido escrito en un par de días y bajo la influencia de drogas psicotrópicas. Personajes aparecen súbitamente para volver a aparecer escenas después sin explicación alguna (y en el caso del personaje de Sophia Myles, quien dicho sea de paso no hace absolutamente nada importante, ¡en un país diferente!), la trama se va enredando cada vez más, introduciendo elementos narrativos como Caballeros Transformers y Creadores que no tiene relevancia alguna para la historia, y el diálogo es impresionantemente estúpido. Hay dos escenas en particular que hicieron que me golpeara la frente de incredulidad: una involucra al novio de Tessa, interpretado por Jack Reynor (dando una actuación francamente vergonzosa), explicándole a Marky Mark por qué es legal que esté saliendo con su hija, y otra tiene al gran Stanley Tucci (en serio, ¿qué haces acá?) dando un discurso a sus empleados en donde grita «¡CIENCIA! ¡MATEMÁTICAS!» para explicarles por qué su investigación debería funcionar. En realidad no me sorprende que Ehren Kruger (el guionista) y Michael Bay de verdad piensen que las relaciones humanas, la investigación y la ciencia funcionan así….

En lo que se refiere a las actuaciones, Marky Mark al menos hace un mejor trabajo que Shia LaBeouf. Es creíble como un héroe de acción, aunque no necesariamente como un inventor nerd obsesionado con proteger la sexualidad de su hija adolescente (este aspecto de su personaje es francamente perturbador….) Stanley Tucci está desperdiciado de una manera impresionante, aunque parecer ser el único actor divirtiéndose entre tanta estupidez. Se trata de una actuación memorable pero rara: su personaje comienza la película siendo un magnate serio e intimidante, y hacia la mitad se convierte en un bufón gritón (aunque sea más chistoso que el personaje gracioso promedio de una película de Bay.) Como la hija de Marky Mark, Nicola Peltz será bonita, aunque la manera en que es fotografiada y vestida me da cosa… hay un plano bastante cercano de sus piernas, por ejemplo, y se pasa la mayoría de la película en shorts que más bien parecen correa. Solo tengan en cuenta que Michael Bay tiene como 50 años y Nicola Peltz tenía 19 cuando filmó la cinta (pero se supone que su personaje tiene 17…. sí….) En todo caso, su actuación es atroz y desesperante; cuando la actriz principal de tu película te hace extrañar a Megan Fox y a una modelo británica sin personalidad, sabes que estás en problemas.

Supongo que la única razón por la cual le he puesto media estrella a la cinta y no… bueno, cero, es porque los efectos especiales son francamente impresionantes. El CGI usado para crear a los robots es perfecto, las escenas de chroma no tienen falla alguna y hay uno que otro plano bonito (como cinco en una película de casi tres horas de duración, pero igual.) El problema es que toda esta maestría técnica ha sido usada para crear algo totalmente aburrido, estúpido y ofensivamente malo; además, siendo la película tan larga, mientras más tiempo pasaba, menos impresionantes me iban pareciendo los efectos. Con tanta explosión y actor corriendo y golpes y patadas y saltos, se nota que fue un rodaje difícil. Qué pena que todo fue bajo las órdenes de un director sin restricciones y para servir a un guión que muy bien pudo haber sido escrito por un mono entrenado.

 

Por otra parte, algo que me llamó bastante la atención también fue la agresividad general de la película. Transformers es una franquicia marketeada a niños y adolescentes, una marca que depende, aparte de las películas, de juguetes, pijamas, y video-juegos, entre otros objetos de merchandising. Y si es así… ¿por quá diablos harías una película basada en la marca para mayores de 14 años, con malas palabras por doquier (bitchass, y hasta un fuck dicho por Stanley Tucci en lo que debo admitir fue el único momento en el que me reí en toda la película), violencia realmente fuerte, y contenido sexual? Esta es una queja que va dirigida a las cuatro películas, en realidad (las tres anteriores fueron iguales o incluso peores en este sentido), lo cual no quiere decir que sea menos válida a la hora de hablar sobre esta nueva secuela.

Por cierto, ¿era realmente necesario que la película dure 2 horas y 45 minutos? ¿CASI TRES HORAS? ¿De explosiones y robots gigantes? ¿Casi tres horas de un guión casi inexistente y violencia sin sentido y malos chistes? Quizás (y este es un quizás MUY relativo) si la película hubiera durado una hora y media hubiera sido algo decente, pero con su duración actual es casi insoportable, explosiva, ruidosa y tonta. Realmente no pasa mucho a nivel narrativo (y como en las tres películas anteriores, el final es algo abrupto) y aunque no es necesariamente confusa, sí se siente caótica. Es tan GRANDE, tan exagerada, que salimos del cine aturdidos y cansados, como si hubiéramos salido a correr o a hacer deporte. No me sorprendería que gente mayor que nosotros salga con dolor de cabeza después de verla.

 

Siento que Michael Bay simplemente no tuvo a nadie que lo restringiera, que le diga «Hey Michael, de repente no es tan buena idea hacer que la peli dure 3 horas», o «Hey Michael, quizás no deberías poner explosiones cada tres minutos o sexualizar a una chica adolescente». Es el síndrome «George Lucas», en donde se la da rienda suelta a un director para que haga lo que le da la regalada gana… pero a la infinita potencia. Las precuelas de Star Wars serán odiadas por muchos (no por mí), pero al menos cuentan historias y tienen personajes de verdad. Me hace recordar también a Pueblo Chico Pistola Grande, en donde le dieron carta blanca a Seth MacFarlane… pero, nuevamente, al extremo. Mucho, MUCHO peor.

Transformers: La Era de la Extinción es una de las películas más agresivamente malas que jamás haya visto, y de hecho la peor producción que he tenido el desagrado de ver en lo que va del año. Peor que el melodrama exagerado de Pasión Inocente. Más idiota que Identidad Virtual. Se trata de un gran ejemplo de que la acción constante y confusa puede llegar a ser extremadamente aburrida si no hay tensión, si no hay suspenso y si no hay personajes con los cuales identificarse. Se trata de un producto totalmente cínico, hecho únicamente para ganar dinero (si no véase todo el product placement descarado a lo largo de la película, o la batalla final grabada en Hong Kong únicamente porque fue co-financiada por empresas chinas) y atraer gente con efectos especiales, explosiones… y absolutamente NADA MÁS. ¿Lo peor? Ha roto todo tipo de récords de taquilla en el mundo (especialmente en China… ¡obviamente!) por lo que pronto tendremos un Transformers 5. Con suerte reemplazarán a Michael Bay con alguien más. Peor que esta última entrega no podría resultar.

Avance oficial:

13%
Puntuación
  • Mi calificación

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