Maze Runner: Prueba de Fuego

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Maze Runner: Prueba de Fuego no corrige todos los errores cometidos por su predecesora (Correr o Morir), pero al menos hace que se sienta menos incompleta. La primera entrega de la saga termina de manera repentina, revelándonos la verdad sobre el mundo en el que Thomas (Dylan O’Brien) y sus amigos viven, y dejándonos con la promesa de que todas las preguntas serán contestadas en la secuela.

Y es cierto, muchas de las interrogantes con las que nos dejó la primera película son explicadas en Prueba de Fuego: quiénes viven en el desierto post-apocalíptico con el que nuestros protagonistas se encontraron al salir del laberinto; a dónde pueden dirigirse; por qué el mundo se fue el diablo; por qué experimentaron con ellos. Estas revelaciones son realizadas de manera orgánica, atadas a la historia y vistas desde la perspectiva de Thomas, por lo que funcionan a pesar de ser bastante genéricas.

Porque si hay una palabra que describe de manera perfecta a Maze Runner (o al menos a las dos primeras películas que se han estrenado; a pesar de lo que mencioné en mi crítica de la primera cinta, todavía no me he podido dar el tiempo de leer los libros) es “genérica”. Es cierto, Prueba de Fuego es ligeramente superior a su predecesora, quizás porque el director Wes Ball (curioso nombre) logra desarrollar mayor tensión que en su producción anterior, y porque nos presenta personajes secundarios interesantes, pero a la vez se siente como una mezcla de elementos fantásticos que hemos visto en filmes anteriores: hay toques de Los Juegos del Hambre; ciudades destruidas que parecen haber sido sacadas de películas como Soy Leyenda o Resident Evil Extinction; o incluso zombies rápidos generados por computadora como los que vimos en World War Z.

Pero dudo que todo eso le vaya a importar a los fanáticos del libro. Lo que ellos están esperando es ver una buena adaptación de la segunda novela de Dashner… y lamentablemente eso no es lo que Ball y compañía han logrado crear aquí. Según lo que he podido investigar, esta película difiere bastante de su fuente de inspiración, lo cual no la hace mala necesariamente, pero sí decepcionante para aquellos que esperaban ver en pantalla grande exactamente lo mismo que pudieron leer en su momento.

Thomas (O’Brien) y sus amigos, Teresa (Kaya Scoledario), Newt (Thomas Brodie-Sangster, a quien hemos visto en Juego de Tronos), Minho (Ki Hong Lee) y algunos otros, han escapado del laberinto. Los han llevado a un lugar seguro, en donde se encuentran con Janson (Aidan Gillen—Littlefinger en Juego de Tronos), quien les promete que los puede llevar a una suerte de Tierra Prometida, en donde podrán vivir en paz. Sin embargo, con la ayuda de Aris Jones (Jacob Lofland), Thomas descubre que ese no es el caso. Janson trabaja para WICKED, la organización que experimentó con ellos en el laberinto, y su líder Ava Paige (Patricia Clarkson), por lo que decidirán escapar del lugar. Esta decisión llevará al grupo de jóvenes al Desierto (“The Scorch”); ahí buscarán a La Mano Derecha, un grupo de rebeldes. Para ello, tendrán la ayuda de Jorge (Giancarlo Esposito) y Brenda (Rosa Salazar), sus nuevos aliados.

La narrativa de Prueba de Fuego no es particularmente complicada. Al igual que Mad Max: Furia en el Camino, se trata de una gran persecución en un desierto; la diferencia es que la película de Ball carece de la intensidad, los personajes complejos y la originalidad de la producción protagonizada por Tom Hardy y Charlize Theron. Sin embargo, eso no quiere decir que el director haga un mal trabajo. De hecho, Ball es muy bueno escenificando acción; hay varias secuencias en donde la tensión es palpable, y la mayor parte de persecuciones, a pesar de haber sido filmadas con cámaras en mano, son fáciles de entender y emocionantes.

Las actuaciones son sólidas, a pesar de que no todos los personajes están bien desarrollados. El Thomas de O’Brien es el típico protagonista serio y sufrido; no tiene un sentido del humor, pero es valiente y se preocupa por sus amigos. O’Brien trata de darle algo de dimensión a Thomas, y a pesar de tener más o menos la misma expresión facial durante toda la película, cumple su cometido. Como Teresa, Kaya Scoledario es un poco aburrida (aunque su eventual cambio de opinión está bien desarrollado y tiene sentido) y el Minho de Hong Lee es divertido; sarcástico, fuerte, y fácil de querer. El resto de chicos, lamentablemente, no dan actuaciones particularmente memorables; nos acordamos de Thomas Brodie-Sangster, por ejemplo, porque es el único Británico (y porque lo hemos visto en Juego de Tronos).

Por otra parte, Giancarlo Esposito le otorga algo de energía a la película con una actuación carismática; Rosa Salazar logra desarrollar a un personaje femenino infinitamente más interesante que el de Kaya Scoledario, y apariciones pequeñas por parte de actores importantes como Aidan Gillen, Patricia Clarkson (quien claramente está acá únicamente porque necesitaba el dinero), Lili Taylor (no la veía en algo desde El Conjuro) y Nathalie Emmanuel (¡una más de Juego de Tronos!) le dan credibilidad a la producción. Incluso me dio gusto ver a actores como Alan Tudyk (a quien pronto veremos en Star Wars: Rogue One) y Barry Pepper. Nada mal.

La película maneja una estética bastante genérica y derivada de otras historias de corte similar; sin embargo, logra ser bastante espectacular a nivel visual. Las tomas de las ciudades en ruinas son creíbles, hay un par de planos en el desierto que me parecieron espectaculares (Gyula Pados, el director de fotografía, hace un buen trabajo haciendo que el mundo de Maze Runner se sienta verosímil), y el diseño de los “zombies” que viven en el desierto me pareció excelente. Son asquerosos y aterradores.

Vi Maze Runner: Prueba de Fuego un viernes en la noche luego de un largo día de trabajo. Y es precisamente ese tipo de película: una producción que maneja uno que otro tema interesante (¿qué tan razonable es sacrificar gente por un bien común?) pero que a la vez no le exige demasiado su público. Es genérica y está llena de clichés, pero a la vez es emocionante, está decentemente actuada, y es divertida. La saga de Maze Runner no estará al nivel de otras adaptaciones de novelas para jóvenes como Harry Potter o Los Juegos del Hambre, pero funciona como entretenimiento ligero; si aquellas sagas son una cena completa, Prueba de Fuego es un combo de comida rápida.

Avance oficial:

63%
Puntuación
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