Spectre: el retorno de un James Bond más tradicional

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Spectre es la primera película “tradicional” de James Bond protagonizada por Daniel Craig. Es cierto, los “gadgets” no abundan, pero tenemos a un par de chicas Bond, un carro impresionante lleno de trucos, a un Q (Ben Whishaw) con un rol mucho más grande que en la película anterior, Skyfall, y una trama que involucra a un villano megalomaníaco y siniestro. Si Casino Royale fue el “reseteo” de la franquicia, Quantum of Solace una secuela directa y decepcionante, y Skyfall un pequeño acercamiento a lo que la serie nos ofrecía con sus protagonistas anteriores, entonces Spectre es la culminación del “plan maestro” de Bárbara Broccoli y compañía. Va a ser muy interesante ver qué hacen con la franquicia para cuando tengan que estrenar la siguiente película.

La cinta comienza con un plano secuencia absolutamente magistral. James Bond (Craig) se encuentra en México durante el Día de los Muertos, persiguiendo a un asesino. Las pistas que sigue lo llevan a enterarse de la existencia de la organización llamada Spectre (“Special Executive for Counter-intelligence, Terrorism, Revenge and Extortion”), encabezada por Franz Oberhauser (Christoph Waltz). Mientras M (Ralph Fiennes) es atacado por un nuevo oficial de la Inteligencia Británica, C (Andrew Scott, quien interpreta a Moriarty en la gran serie británica Sherlock), Bond se debe relacionar con un par de mujeres (Mónica Bellucci y Lea Seydoux), enfrentarse al intimidante secuaz de Oberhauser, el Señor Hinx (Dave Bautista, de Guardianes de la Galaxia) y descubrir la verdad sobre el nuevo villano (cosa que no debería sorprenderle a absolutamente nadie).

Esta es la primera aparición de la organización Spectre en más de 40 años (el Bond de Sean Connery se enfrentaba a ellos todo el tiempo) y felizmente no decepciona. La manera en que es reintroducida, poco a poco y de manera misteriosa, funciona muy bien, especialmente en una escena en la cual Bond se infiltra en una siniestra reunión. Es también ahí que vemos por primera vez a Hinx, quien es introducido de manera memorable, dejando bien en claro que se trata de un secuaz fuertísimo y de temer. El significado de la siglas Spectre nunca es explicado durante el filme, pero si la organización regresa para la siguiente entrega (y así debería ser, creo yo) estoy seguro que se indagará más en ella.

Con Spectre, las intenciones de Bárbara Broccoli y sus guionista se hacen más claras: su objetivo no solo era reintroducir a Bond, reinventarlo para un público del siglo XXI y quitarle algunas de sus características más cursis, sino también ir presentando todos los elementos de su universo poco a poco. Quizás la manera en que la trama y el villano de Spectre son ligados con los tres filmes anteriores es forzada, pero al menos sirve para darle algo de cohesión a este nuevo mundo de Bond. Spectre es algo así como la culminación de la “historia de origen” del Agente 007, tanto así que todos los villanos de los filmes anteriores (Le Chiffre, Greene, Silva) e incluso Vesper Lynd (la mejor chica Bond de Craig hasta ahora, interpretada con intensidad por Eva Green en Casino Royale) son mencionados repetidamente.

Sin embargo, no pude evitar sentirme algo decepcionado por Spectre. Quizás esto se deba a que Skyfall fue bastante buena, o a que Casino Royale dejó una valla altísima para la franquicia, la cual definitivamente no fue superada por ninguna de sus secuelas (Quantum of Solace fue particularmente mediocre). La película no es mala, para nada, pero no se siente ni tan original como la primera entrega de Craig como Bond, ni tan intensa como Skyfall. Considerando la saga entera de James Bond, es una entrega regular, quizás comparable a algunas de las aventuras protagonizadas por Pierce Brosnan (en realidad, cualquiera menos la terrible Otro día para morir, claro está).

Christoph Waltz es excelente como Oberhauser, interpretándolo de manera siniestra pero jamás exagerada. El problema es que no lo vemos lo suficiente; su presencia es más que nada implícita, siempre en las sombras y controlando todo desde lejos. Es recién durante el último tercio de metraje que comienza a aparecer más, robándose cada escena en la que tiene algo que decir, pero definitivamente hubiese ayudado el que tenga más protagonismo desde antes. El Hinx de Bautista, sin embargo, es un secuaz extremadamente memorable. Gigante, aparentemente indestructible y despiadado, no llegar a igualar a villanos como Oddjob en originalidad, pero sí resulta ser todo un desafío para el Agente 007.

Podría argumentarse que el Bond de Craig es el menos machista hasta ahora (aunque considerando sus actitudes en películas previas, especialmente las de Connery, esto no es un gran elogio), característica que se ve claramente en Spectre. Su relación con Madeleine Swanne (Lea Seydoux) es un poco más romántica y menos física de lo que el Agente 007 nos tiene acostumbrados, pero lamentablemente no llega a ser igual de significativa y poderosa que su romance con Vesper en Casino Royale. Quizás se deba a que Eva Green daba una actuación mucho más interesante que Seydoux, o a que su personaje estaba mucho mejor desarrollado—algunas de las decisiones que Swann toma en Spectre simplemente no tienen sentido, y el personaje no tiene personalidad, careciendo de la intensidad y el encanto que Green exhibía en Casino.

Monica Bellucci, lamentablemente, está absolutamente desperdiciada. No aparece por más de diez minutos en toda la película, y su personaje es, a final de cuentas, poco importante, tanto para Bond como para la trama. Ralph Fiennes es adecuado como M, el reemplazo de la gran Judy Dench; Naomie Harris tiene poco que hacer como Moneypenny, y Ben Whishaw interpreta a Q de manera muy carismática, otorgándole algo de humor a una película que, en su mayor parte, es bastante seria. Rory Kinnear (Tanner) y Jesper Christensen (el Sr White) regresan en roles pequeños pero importantes.

La acción es, predeciblemente, excelente. El prólogo que se desarrolla durante el Día de los Muertos en México es simplemente espectacular; visualmente impresionante (ya mencioné el excelente plano secuencia con el que comienza el filme) y muy tenso. Las demás secuencias de acción son bastante emocionantes (especialmente una persecución en la nieve que involucra camionetas y una avioneta) pero nada llega a igualar al prólogo. La música de Thomas Newman (quien hizo un decepcionante trabajo en Puente de Espías) es superior a la de David Arnold, presentándonos temas más parecidos a los que hubiese compuesto el gran John Barry, y haciendo un frecuente uso del famoso tema de Bond. La canción de Sam Smith que aparece durante los créditos iniciales no termina de convencer, sin embargo.

Todavía no se sabe si Daniel Craig regresará como James Bond para una última aventura; lo único que sabemos es que la serie seguirá, y que Spectre es lo suficientemente entretenida como para no hacerle ningún tipo de daño a la franquicia (digo, si pudo sobrevivir a Otro día para morir y Quantum of Solace…) La famosa organización criminal es reintroducida de manera efectiva, y el misterio sobre Blofeld (el líder de Spectre durante la época de Connery) es resuelto de manera satisfactoria. El ritmo no es el ideal (la película se pone algo lenta durante el segundo acto) y los personajes femeninos están mal escritos, pero Spectre logra divertir gracias a sus grandes escenas de acción y conexiones con filmes previos. Sin embargo, siento que lo verdaderamente interesante vendrá con la siguiente película. Ojalá no decepcione.

Avance oficial:

75%
Puntuación
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