Kubo y la Búsqueda Samurai

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Kubo y la Búsqueda Samurai es una de las mejores películas que he visto en lo que va del año—no tiene caso el andar con rodeos. Es una cinta animada enteramente con stop-motion (muñecos que son movidos y manipulados cuadro por cuadro), lo cual le otorga una cualidad muy especial tanto a los personajes como a los escenarios, pero también hace que uno se ponga a pensar en el tremendo esfuerzo que se empleó para realizarla—tanto así, que no sorprende el que Laika, responsables de este filme, hayan querido desarrollar la mejor historia posible.

De hecho, es bastante impresionante el que la cinta haya logrado superar a otras producciones como la emotiva Buscando a Dory, la inteligente Zootopia, o la entretenida La vida secreta de las mascotas. Pero el filme es tan redondo, presenta personajes tan memorables y cuenta una historia tan emocionante y emotiva, que es casi imposible rendirse a sus pies. Es una verdadera pena el que no le esté yendo muy bien en la taquilla—definitivamente merece ser vista por la mayor cantidad de espectadores posible.

La película se desarrolla en una versión fantástica del Japón feudal. El protagonista, lógicamente, es Kubo (voz de Art Parkinson), un chico de un solo ojo que cuida a su mamá y utilizar un tipo muy especial de magia para darle vida a sus figuras de origami. De hecho, las usa para contar historias en la aldea cerca a su casa y ganar algo de dinero. No obstante, un día rompe la regla más importante que le enseñó su mamá—nunca salgas de noche—y de pronto es perseguido tanto por sus tías (voces de Rooney Mara) como por su abuelo, el Rey Luna (Ralph Fiennes), quienes lo quieren separar de su madre.

Para poder sobrevivir y derrotar a sus nuevos enemigos, Kubo tiene que encontrar una poderosa armadura dorada. Para ello, recibirá la ayuda de Simio (voz de Charlize Theron), un primate hablador, y Escarabajo (voz de Matthew McConaughey), un antiguo guerrero samurai a quien le pusieron una maldición que lo convirtió en un híbrido humano-escarabajo.

Visualmente, Kubo y la Búsqueda Samurai es una maravilla. Admito haber visto una buena cantidad de películas hechas con stop-motion a través de los años, pero esta definitivamente es la más impresionante. Los personajes están llenos de detalles, desde la textura de sus pelos y la piel hasta el movimiento de sus cuerpos y sus ojos, y los escenarios parece casi reales. Los movimientos son increíblemente fluidos, tanto así que es casi imposible darse cuenta que fueron animados cuadro a cuadro. Cada personaje es ridículamente expresivo—no dudo que muchos miembros del público pensarán que la cinta fue hecha con gráficos de computadora, como la mayoría de producciones contemporáneas.

Las escenas de acción están expertamente escenificadas—desde una batalla contra un impresionante esqueleto gigante, hasta un combate en altamar, Kubo la Búsqueda Samurai nos presenta secuencias verdaderamente emocionantes y llenas de tensión. Sí, funcionan gracias a  coreografías bien planteadas y efectos visuales vistosos, pero también porque los tres personajes principales están muy bien realizados—es muy fácil identificarnos con ellos (especialmente Kubo), por lo que uno termina preocupándose por ellos cada vez que se involucran en una situación peligrosa.

Kubo y la Búsqueda Samurai es una de las cintas más emotivas que haya visto en mucho tiempo.  Madura y sentimental, el filme maneja temas que pocas veces he podido ver en otras cintas de corte similar, pero de tal manera que pueden ser entendidos tanto por los padres del público, como por sus hijos. La cinta tiene mucho qué decir sobre la muerte, sobre el amor, sobre el cariño de los padres y sobre la naturaleza del espíritu humano, lo cual debo admitir me sorprendió. El final es particularmente efectivo—terriblemente realista pero manejado con cariño. Mucha gente derramará lágrimas al ver esta película.

Sin embargo, esto no quiere decir que la película sea triste o deprimente ni mucho menos. Kubo y la Búsqueda Samurai es, primeramente, una aventura épica, por lo que contiene muchos momentos de ligereza y humor, especialmente cuando vemos al personaje de Escarabajo. La historia es sencilla pero interesante—el guión sigue los arquetipos del viaje del héroe de Joseph Campbell con cierta fidelidad, pero inserta suficientes novedades como para que no se torne demasiado previsible. Y los temas mencionados líneas arriba son transmitidos con sutileza, para que uno jamás sienta que está viendo un sermón en vez de una entretenida cinta de ficción.

A pesar de ser animada y presentar personajes entrañables como Simio o el mismísimo Kubo, no recomiendo que los padres lleven a niños muy pequeños a verla. La película contiene varias escenas algo fuertes que podrían asustar a niños menores de siete años—una aldea entera es quemada, la secuencia con el esqueleto gigante podría resultar ser algo intensa para los más pequeños de la casa, y la trama involucra espíritus, brujas, e incluso la muerte. Kubo y la Búsqueda Samurai es una gran aventura animada, la cual funciona mejor para niños mayores. De infantil tiene muy poco.

No puedo dejar de recomendar Kubo y la Búsqueda Samurai. Es una maravilla visual, cuenta una sencilla e interesante historia, presenta secuencias de acción llenas de tensión, y maneja un tono épico sin sacrificar su interés por el desarrollo de sus personajes o las relaciones entre ellos. Tiene una lección muy específica que darles a su público, pero lo hace son sutileza y cuidado, sin sermonear. Kubo y la Búsqueda Samurai es de los filme más mágicos que he visto en lo que va del año—considerando sus considerables cualidades, y el gran esfuerzo que se empleó para hacerla (Laika demoró cinco años en realizarla, y en cada día de rodaje, avanzaban solo 4.5 segundos de metraje), realmente deberían ir a verla. No se arrepentirán.

Avance oficial:

88%
Puntuación
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