Talentos Ocultos

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Talentos Ocultos es una historia a la antigua sobre discriminación y superación; inspiradora y, en general, esperanzadora. Impecablemente actuada y llena de detalles que la sitúan perfectamente en un período de tiempo muy específico —los meses antes de la histórica misión de John Glenn al espacio— , se trata de una película “suave”; toca temas fuertes y todavía relevantes, pero sin tornarse demasiado oscura o deprimente. No es lo suficientemente emotiva como para hacer llorar a su público, pero sin embargo funciona tanto a nivel narrativo como intelectual.

Nuestras protagonistas son un trío de genios que trabajan en la NASA como “computadoras” —el equivalente humano de máquinas que realizan todos los cálculos necesarios para poder mandar al primer ser humano al espacio. Katherine Johnson (Taraji P. Henson), y Mary Jackson (Janelle Monae) trabajan directamente con los hombres a cargo, mientras que la coordinadora Dorothy Vaughan (Octavia Spencer) se encarga del área oeste de computadoras.

Mary eventualmente decide que tiene lo necesario para ser una ingeniera y comienza a pelear por su sueño. Dorothy comienza a estudiar a la recién llegada máquina IBM, dándose cuenta que tanto ella como su equipo tendrán que aprender lenguaje de programación para no perder su trabajo. Y Katherine llama la atención de Al Harrison (Kevin Costner), el director del Grupo de Trabajo Espacial, quien le va dando tareas más importantes mientras el día de la misión de Glenn se va acercando.

Como toda buena película “basada en hechos reales”, Talentos Ocultos no es 100% fiel a su fuente de inspiración. La cinta presenta varias escenas que se sienten manufacturadas, momentos en los que los personajes hablan únicamente con discursos inspiradores, o situaciones que claramente deberían pasar a lo largo de varios meses en la vida real, pero que tuvieron que ser comprimidas para efectos de la narrativa de la cinta. Talentos Ocultos resulta algo previsible en su ejecución precisamente porque no se aleja de estos clichés tan típicos de “películas inspiradora”— no es un problema muy grave, pero evita que se convierta en algo verdaderamente grandioso.

De hecho, Talentos Ocultos es una película bastante sencilla, al menos a primera vista. La banda sonora no llama demasiado la atención, la dirección de fotografía es cumplidora, y la dirección de Theodore Melfi es económica y directa —no presenta composiciones particularmente interesantes ni mueve su cámara de manera dinámica. Prefiere darle todo el trabajo a sus actores, haciendo que su trabajo dicte el ritmo de la historia y le otorgue toda su emotividad. Más que otras cintas recientes, Talentos Ocultos es una “película de actores”— o mejor dicho, una de actrices.

El trío de Taraji P. Henson, Octavia Spencer y Janelle Monae es excelente. La primera interpreta a Katherine como una verdadera genia, una mujer que ama a sus hijas y a su madre, y que valora su trabajo, tanto por la estimulación intelectual, como por la manera en que le permite contribuir a una causa importante para el país. La segunda interpreta a Dorothy como una mujer con actitud, increíblemente inteligente y prevenida. Y la tercera demuestra que Mary era una mujer dispuesta a arriesgarlo todo por ser “la primera”, por demostrar que la segregación era una cuestión absurda, especialmente en una era de iluminación en la que tanto mujeres como hombres estaban logrando grandes cosas en los campos de la ciencia, las matemáticas y, por supuesto, la ingeniería.

Kevin Costner, quien está realizando una suave transición de roles protagónicos a secundarios, es efectivo como Al Harrison, un director práctico y enfocado en resultados. Jim Parsons (famoso por interpretar a Sheldon Cooper en The Big Bang Theory) vendría a ser una suerte de antagonista para Katherine (aunque calificarlo como villano ciertamente sería una exageración), y el talentoso  Mahershala Ali (a quien también podemos ver en Luz de Luna) tiene el rol gratuito de interés amoroso para Tajari P. Henson. De hecho, tiene el típico papel otorgado a incontables mujeres en cientos de películas protagonizadas por hombres; se trata, a falta de una mejor frase, de una interesante inversión de roles.

Talentos Ocultos es una película sobre descubrimiento y conocimiento, sí, pero también una historia sobre lo que era ser una mujer afroamericana en los años sesenta. Constantemente subestimadas y discriminadas, su situación es representada a través de situaciones absurdas en Talentos Ocultos, un filme suave que carece de escenas de violencia, malas palabras o contenido sexual. Consideren, si no, el tremendo viaje que tenía que tomar Katherine para ir al baño durante cada día de trabajo —bajo un intenso sol o mojándose en la lluvia, tenía que correr varios metros porque su centro de trabajo carecía de baños “para gente de color”. La escena en donde le revela este problema a Harrison, y la reacción de este, representan lo más emotivo que tiene la película para ofrecer. Como diría este último, “en NASA todos orinamos del mismo color”.

Más que cualquier otro filme que haya visto recientemente, Talentos Ocultos muestra muy claramente lo terrible que era la discriminación, tanto hacia las mujeres como hacia los afroamericanos, en la década de 1960. A diferencia de filmes de contenido más político, Talentos Ocultos logra transmitir este contexto de manera fuerte y clara porque nos muestra las consecuencias de la discriminación y la segregación en la vida diaria —los baños separados, los bebederos o las cafeteras “para gente de color”, y hasta las reacciones de ciertos personajes masculinos hacia las mujeres con trabajos superiores a ellos. Se trata de una visión perturbadora —y todavía relevante— de estos temas.

Talentos Ocultos es una drama “light” sobre tres personas reales que lograron superar tremendas barreras para lograr lo que muchos creían era imposible. Es una historia sobre superación y determinación, sobre lo estúpido que puede ser el racismo y el machismo, especialmente en un contexto de ciencia y descubrimiento —está presentada de manera algo “suavizada”, es cierto, y claramente resumida, pero sin embargo funciona. La historia de Katherine, Mary y Dorothy podrá estar ausente en varios libros de historia, pero Talentos Ocultos se asegurará de que quede grabada en la mente de millones de personas.

 

Avance oficial:

75%
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