Mujer Maravilla

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¡Por fin! Luego de la espectacular pero fallida Hombre de Acero, la enredada y decepcionante Batman v Superman, y la insufrible Escuadrón Suicida, DC por fin ha logrado desarrollar una película que balancea muy bien el contenido emocional con lo espectacular, lo humano con lo violento, y el desarrollo de sus personajes principales con una trama creíble. Mujer Maravilla es la primera película completamente satisfactoria del Universo Extendido de DC; la primera entrega de la franquicia en no sentirse como mitad-videojuego (al menos hasta sus últimos veinte minutos de metraje).

A diferencia de los filmes de Zack Snyder, Mujer Maravilla se atreve a tener algo de color, algo de humor y algo de ligereza entre la violencia y la muerte y la tragedia. Evidentemente no estamos hablando de una comedia, pero lo bello está en los detalles con los que las entregas anteriores de este universo lamentablemente no contaban: un tono que no causa que el público quiera cortarse las venas (Batman v Superman era más sombrío que una tragedia Shakesperiana), una colorización que le otorga algo de vida a la historia (las cintas de Snyder casi parecen estar en blanco y negro), y personajes que le permiten a la audiencia reaccionar de manera emotiva, identificándose y relacionándose con ellos de manera muy humana. El Batman de Affleck (¿Battfleck?) es creíble, y el Superman de Cavill es innecesariamente sufrido, pero ninguno me causó la misma reacción emocional que los personajes de Gal Gadot y Chris Pine en Mujer Maravilla.

En términos generales, Mujer Maravilla es una “historia de origen”. A pesar de ya haberla visto en Batman v Superman, el filme regresa en el tiempo, para presentarnos la niñez, adolescencia, y finalmente, la madurez de Diana Prince durante la Primera Guerra Mundial. Se trata de una interpretación creíble de esta historia que sin embargo no abandona los elementos más fantásticos que se hayan podido ver en los cómics de DC. Puede que esto le hiera a algunos de los fanáticos más acérrimos de la franquicia, pero Mujer Maravilla está más cerca en tono y en estilo a una producción de Marvel que a cualquiera de los filmes previos de DC. Y en este caso, no es algo malo.

Diana (Gadot) es la hija del dios Zeus y la reina de las Amazonas, Hipólita (Connie Nielsen). Vive en la pacífica y aislada isla de Themyscira, la cual está poblada exclusivamente por mujeres, incluyendo a su tía, Antiope (Robin Wright), general del ejército de las Amazonas, quien la entrena día y noche para prepararla para el regreso de Ares, el dios de la guerra.

La vida de Diana cambia, sin embargo, cuando el avión de Steve Trevor (Pine) cae en el mar cerca a la isla. Nuestra heroína lo salva inmediatamente, y luego de una feroz batalla entre el ejército de Antiope y un batallón de alemanes que perseguía a Steve, se entera de la existencia de la Gran Guerra. Convencida de que Ares está detrás de ella, decide acompañar a Steve a Londres, en donde recibirán el apoyo de Sir Patrick Morgan (David Thewlis) para infiltrarse en territorio alemán y detener los planes General Erich Ludendorff (Danny Huston), quien junto a su científica, la Dra Maru (Elena Anaya), está a punto de crear un nuevo tipo de gas mortal. Para ello, recibirán la ayuda de tres compatriotas; Sameer (Said Taghmaoui), Charlie (Ewen Bremner), y Chief (Eugene Brave Rock).

Se nota que Mujer Maravilla es una película dirigida bajo una nueva mirada, por una cineasta (Patty Jenkins) que nunca antes había probado suerte en el mundo de los súper héroes, y que por ende puede entregarnos algo distinto. Mucho se ha dicho y escrito sobre las similitudes entre este filme y Capitán América: El Primer Vengador, de Marvel, pero creo que aparte de los contextos similares (un filme se desarrolla durante la Primera Guerra Mundial, el otro durante la Segunda), no hay mucho más qué comparar. Mujer Maravilla hace lo suyo propio, entregándonos imágenes que nunca antes se habían visto en el cine de súper héroes.

Consideren, si no, el ataque de gas mostaza en una pequeña aldea de Bélgica, un momento verdaderamente emotivo, considerando especialmente las escenas que poco antes se habían desarrollado ahí. O si no también la presencia de la Mujer Maravilla en la Tierra de Nadie, en donde vemos los verdaderos horrores de la Guerra, y la forma en que nuestra heroína decide tratar de enfrentarlos. Admito que se me erizó la piel cuando la vi saliendo de las trincheras, espada en mano y escudo al frente, lista para pelear contra el enemigo.

Ahora, se podría argumentar que la película no hace un muy buen trabajo humanizando a los alemanes, presentándolos como monstruos unidimensionales. Y hasta cierto punto, esto es cierto; el villano de Danny Huston es caricaturesco y está poco desarrollado, al igual que la Dra de Elena Anaya. Pero por otro lado, gracias a una escena durante el tercer acto, no es difícil darse cuenta de cuál es el mensaje (o la posición) central de la cinta: todo ser humano es capaz tanto del bien como el mal; cualquiera puede ser un monstruo. Lo importante está en lo que uno cree, en lo que uno decide hacer a pesar de las influencias externas. El momento en el que Diana se da cuenta de esto, es uno de los más poderosos de la cinta.

Gal Gadot no es la mejor actriz sobre la faz de la Tierra, pero su carencia de habilidad dramática (especialmente durante los momentos más trágicos de la historia) se compensa a sobremanera con su presencia en pantalla. Su Diana Prince es fuerte, aguerrida, y realmente luce como una guerrera ágil y poderosa. Al igual que un Schwarzenegger en su mejor momento, es algo limitada en lo que habilidad actoral se refiere, pero tiene una presencia tan poderosa en pantalla, y es tan convincente como este personaje en particular, que a la hora de la hora, no importa. Además, también logra transmitir los defectos de nuestra heroína: su exagerada inocencia, su simplista visión del mundo, su terquedad. Puede que, físicamente, la Mujer Maravilla pueda enfrentarse a casi cualquier enemigo que se le ponga en frente, pero sus verdaderas batallas, las más difíciles, ocurren en su interior.

El Steve Trevor de Chris Pine es la perfecta contraparte para Diana; el Capitán Kirk de la nueva Star Trek le inyecta todo el carisma y talento que tiene al personaje como para que funcione de lo lindo. En entrevistas, Pine confesó haber sido influenciado por aventureros como Indiana Jones para interpretar a Trevor; dichas referencias se hacen evidentes al ver la película, pero han sido puestas a buen uso. Además, su química con Gadot es palpable desde la primera vez que mantienen una conversación (y especialmente durante una escena en la que Pine tiene que mostrar [casi] todo su cuerpo desnudo). Danny Huston y Elena Anaya son intimidantes como los villanos, el gran David Thewlis resalta como Morgan, Connie Nielsen y Robin Wright le otorgan clase a las primeras escenas del filme, y el trío de Saïd Taghmaoui, Ewen Bremmer y Eugene Brave Rock es muy divertido.

A pesar de que Mujer Maravilla se siente, en general, como una cinta diferente de súper héroes, hay que admitir que desciende un poco al caos visual y de violencia exagerada con efectos digitales que los fanáticos de DC han estado tratando de defender ya por un buen tiempo. No es nada tan excesivo como la destrucción de Metrópolis en Hombre de Acero o la batalla final de Batman v Superman, pero definitivamente hace un contraste algo extraño con el resto de la película. No ayuda, tampoco, el que muchos de los efectos especiales en Mujer Maravilla se vean poco convincentes, especialmente considerando la ambición del proyecto; hay varias tomas de chroma que parecen sacadas de una película de hace quince años, por ejemplo.

La banda sonora de Rupert Gregson-Williams no llama demasiado la atención; funciona en el contexto de la historia, pero dudo que muchos fanáticos vayan a salir del cine corriendo a comprar el disco o bajarse el álbum de iTunes. El tema principal de la Mujer Maravilla con el que todos saltamos en Batman v Superman (compuesto por Hans Zimmer) está de vuelta, sin embargo, y es integrado con naturalidad por Gregson-Williams en los momentos más intensos o heroicos.

Mujer Maravilla es una genial película de acción, aventura y drama ligero, la cual me recordó en tono a filmes como el Superman de Christopher Reeve. Puede que, visualmente, sea más compleja, pero se acerca a temas complicados de una manera similarmente inocentona, sin tomarse demasiado en serio a sí misma, pero tampoco convirtiendo a la historia en una comedia caricaturesca. El drama funciona, la acción emociona, la comedia da risa, las actuaciones convencen, y todo es mezclado y puesto en un paquetito bien armado que, en términos generales, se siente mucho más coherente y resulta ser infinitamente más divertido que las cintas previas de DC. Mujer Maravilla termina siendo, entonces, el estándar por el que las siguientes producciones del Universo Extendido de DC van a ser juzgadas; solo espero que La Liga de la Justicia no decepcione. La valla ha subido considerablemente desde los días de Escuadrón Suicida.

 

Avance oficial:

88%
Puntuación
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