El Implacable

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Para aquellos que conozcan a Jackie Chan principalmente por su trabajo en comedias de acción, en donde utiliza las artes marciales para generar tanto tensión como comedia, un filme como “El Implacable” puede resultar ser toda una sorpresa. Para aquellos que haya estado siguiendo la carrera reciente de Chan, no obstante, “El Implacable” no es más que la evolución natural para el actor, quien, al tener más de sesenta años, ya no se puede dedicar exclusivamente a realizar sus propias acrobacias y escenas de pelea.

Lo cual no quiere decir que “El Implacable” carezca de acción, por supuesto. De hecho, a Chan le dan bastantes oportunidades a lo largo del filme para patearle el trasero a quien se le ocurra interrumpir su misión; la diferencia, claro está, es que Chan ahora sí utiliza dobles de acción. Después de tantos años de fracturarse huesos y romperse otros, ya es hora de admitir que necesita algo de ayuda para realizar algunas de las piruetas más complejas.

Lo cual, al menos en el caso de “El Implacable”, no es un problema. Esto se debe a que la agilidad de Chan no es el foco principal de la película. Más bien, lo que hace Chan en “El Implacable” es entregarnos una actuación mucho más dramática de lo que uno esperaría inicialmente, haciendo que uno se identifique con su personaje y, sorprendentemente, incluso logre desarrollar una conexión emocional con él. Considerando que “El Implacable” es, principalmente, un thriller, uno no esperaría que fuese capaz de desarrollar escenas tan emotivas y humanas. El simple hecho de que “El Implacable” tenga un corazoncito, la eleva sobre sobre la mayoría de thrillers que Hollywood produce año tras año.

Quan Ngoc Minh (Jackie Chan) se ve involucrado en una complicada situación cuando su hija, Fan (Katie Leung, más conocida como Cho Chang en las películas de “Harry Potter”) muere en una explosión. Desesperado por averiguar quiénes son los responsables de la muerte de su adolescente hija, Quan se contacta con el comandante Richard Bromley (Ray Fearon), quién le dice que no hay nada que pueda hacer al respecto; tiene que esperar a que la investigación obtenga resultados.

Pero Quan no se rinde. Es por ello que termina involucrándose con el oficial del gobierno Liam Hennessey (Pierce Brosnan), un ex miembro de la IRA que ahora se dedica a mantener la paz desde su oficina en Belfast. Él le dice, también, que no sabe quiénes se encargaron de plantar la bomba, pero Quan no le cree. Y es por ello que comienza un intrigante juego de gato y ratón, en el que Quan le comienza a tender trampas a Liam, presionándolo para que revele las identidades de los terroristas pertenecientes a una facción rebelde de la IRA. Mientras tanto, Liam tiene sus propios problemas; el gobierno de Inglaterra también lo presiona para resolver el problema, y otros miembros de la IRA también están detrás de él.

Definitivamente ayuda el que uno sepa, al menos superficialmente, sobre la historia política de Irlanda y de la IRA. No me atrevería a decir que “El Implacable” se torna imposible de comprender si es que uno sabe poco o nada sobre el tema, pero algo de conocimiento de trasfondo hace que los problemas a los que se tiene que enfrentar Hennessy sean más fáciles de comprender. De hecho, la cinta sí se complica un poco a la hora de presentar este aspecto de la historia —el hecho de que tenga que mezclar una historia arquetípica de venganza con una trama más políticamente cargada le permite a “El Implacable” alejarse de los demás thrillers del montón, pero también convierte a la narrativa en una cuestión innecesariamente enredada, por momentos.

Es más, “El Implacable” se siente como dos películas diferentes en una. Hay largas secuencias en las que el guion abandona completamente la historia de Quan para concentrarse en los problemas y maquinaciones casi maquiavélicas de Hennessy, mientras que en otros momentos, deja de lado al ex-James Bond para mostrarnos todas las maneras en que Quan planea encontrar la verdad. Hubiese preferido un entrelazado más suave y sutil de ambos hilos narrativos, pero tampoco se trata de un problema que llegue a malograr la experiencia general de ver “El Implacable”.

Como mencioné líneas arriba, Chan nos otorga algo que nos se ha visto con mucha frecuencia en su carrera: una actuación creíble, sutil, que hasta en ciertos momentos logra romperle a uno el corazón. Hay una escena en particular, en la que lo vemos abrazando el cadáver de su hija poco tiempo después de la explosión, que realmente causó una reacción emocional fuerte en mi. Dicha conexión le permite a Chan convertirse en un personaje mucho más frágil y verosímil lo cual, por su parte, hace que las secuencias de acción sean más tensas y brutales. Uno realmente siente que Chan podría salir herido de sus enfrentamientos, por más habilidoso, astuto y fuerte que sea.

Por su parte, Pierce Brosnan es muy intenso e intimidante como Hennessey (y resulta divertido verlo actuar con su acento irlandés natural, lo cual no sucede muy a menudo). Me encantó el hecho de que la cinta se tome el tiempo de desarrollar a profundidad a su antagonista principal. “El Implacable” no es la historia de Chan versus el villano estereotípico; ambos personajes son igual de importantes, y Hennessey es mostrado, por momentos, más como un hombre fallido, ambicioso y moralmente ambiguo que como un antagonista estereotípico. Charlie Murphy destaca como Maggie, la amante de Hennessey, al igual que Ray Fearon como el Comandante Bromley.

Eso sí, debo mencionar que me sorprendió la manera tan… digamos, anticuada en que el guion de David Marconi trata a sus personajes femeninos. Uno —la hija de Quan— solo sirve como motivación para uno de los protagonistas; la Mary Hennessey de Orla Brady no es más que la esposa despechada y maligna de telenovela; y la Maggie de Charlie Murphy es, la mayoría del tiempo, intrigante, hasta que es maltratada de manera muy gratuita y explícita durarte el tercer acto. La única que se salva es la Katherine Davies de Lia Williams. Entiendo que “El Implacable” quiera emular a las historias de venganza de antaño, pero hubiese disfrutado enormemente de mejores femeninos mejor desarrollados y menos manoseados de manera machista por el guión.

“El Implacable” es un notable thriller que aprovecha muy bien a sus dos protagonistas, Jackie Chan y Pierce Brosnan. Los trata no como estrellas de acción del ayer, si no más bien como dos luchadores experimentados que tratan de atraparse el uno al otro, peleando por sus propias convicciones y motivados por sus propios demonios internos. Sí, la película es un poco muy larga —creo que fácilmente hubiese podido durar unos veinte minutos menos— y el tratamiento de los personajes femeninos es cuestionable, pero fuera de eso, se trata de un thriller superior al promedio; intenso, inteligente e intrigante. Si Jackie Chan continúa apareciendo en más proyectos como este, estoy seguro que su carrera resurgirá de manera inesperada.

Avance oficial:

75%
Puntuación
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