A primera vista, The Chambermaid (Sluzka, 2022), de Mariana Cengel-Solcanská, se podría percibir como una estereotípica historia de amores imposibles en el contexto de las relaciones de poder en una mansión en la que conviven los dueños de casa (blancos, privilegiados, adinerados) y los empleados (pobres, maltratados, frecuentemente ignorados). Haciendo referencia a historias previas como Downton Abbey o Los de arriba y los de abajo, el filme logra retratar con eficiencia la manera en que una casa de aquel tipo sería manejada en la Praga de principios del siglo pasado. Pero como se deben imaginar, hay un giro importante: fuera de transmitir temas relacionados a la discriminación y las diferencias entre clases sociales, The Chambermaid también trata sobre un amor imposible.
Nuestra protagonista es la joven Anka (Dana Droppová), quien al inicio de la película está viviendo en la calma del campo con su mamá, con quien se lleva muy bien. Pero debido a como funciona la sociedad eslovaca de aquella época, esta última se ve en la obligación de casarse con un tipo nuevo, quien no pierde el tiempo y decide mandar a trabajar a Anka a la ciudad. Después de todo, la chica es la hija bastarda de su madre, por lo que no es muy bien vista por los demás.

Es así que Anka llega a la mansión de una familia vienesa en Praga, e inmediatamente es puesta a trabajar como empleada. Su jefa, la eterna soltera Kristína (Anna Geislerová) le enseña todo lo que tiene que saber sobre el trabajo, incluyendo la forma con la que se tiene que referir a los miembros de la familia, y cómo debe deshacerse de, bueno, los contenidos de los baños que tienen en el interior de sus habitaciones. Además, también logra hacerse amiga de Liza (Vica Kerekes), una empleada que ya lleva trabajando un tiempo en la casa, y que parece haberse enamorado del patriarca de la familia (Karel Dobry).
Pero es en su primer día que Anka llega a conocer no solo a la señora de la casa (Zuzana Mauréry), si no también a su problemática hija, Resi (Radka Caldová). Su primer encuentro, pues, es bastante problemático —la cruel chica obliga a nuestra protagonista a desnudarse frente a ella, para asegurarse de que no se esté robando su cepillo. Es una situación de claro abuso, que logra demostrar sin mayores atajos la forma en la que esta gente privilegiada de aquella época consideraba a sus empleados, y pinta de cuerpo entero a Resi. No obstante, del abuso las dos chicas pasan al cariño, y de forma algo súbita, se van dando cuenta de que se gustan —y más que eso, que se necesitan la una a la otra.
Es así, pues, que The Chambermaid desarrolla su romance central de forma suficientemente intrigante: a través de una relación inicialmente abusiva entre una chica privilegiada, engreída y creída, y una empleada de pocos recursos que no tiene nada que perder. Esto en un inicio se puede sentir extraño, hasta incómodo, especialmente considerando la manera en que las chicas se conocen. Pero poco a poco, The Chambermaid va haciendo un buen trabajo mostrando que Anka y Resi se quieren de verdad —que la primera necesita a la otra porque no hay forma de que vaya a estar con un hombre, y la segunda necesita a la primera para escapar de la vida de millonarios que tanto odia.
De hecho, uno de los conflictos principales de la película no demora en aparecer: los padres de Resi quieren que su hija se case de una vez por todas, por lo que la emparejan con el antipático Gustav (Cyril Dobry). Esto no solo resulta en un matrimonio, si no también en el eventual nacimiento de una hija. Pero eso no quiere decir que no haya esperanza para las chicas: The Chambermaid comienza durante los meses previos al inicio de la Primera Guerra Mundial, con los personajes comentando constantemente sobre la salud y el rol político del Emperador de Austria-Hungría. Y una vez que la Guerra se desata, Gustav se ve obligado a salir a pelear, lo cual motiva a Anka y Resi a pensar que quizás, con algo de suerte, el esposo de la segunda podría acabar muriendo en combate.
No revelaré lo que sucede exactamente con Gustav, Anka y Resi. Solo diré que, al menos en lo que se refiere al romance, The Chambermaid comienza en terreno rocoso, con un inicio algo forzado para la relación, y declaraciones románticas (e interacciones sexuales) algo repentinas. Es recién cuando el conflicto se torna más grave e inmediato, que la película encuentra un mejor ritmo, y parece comenzar a entender mejor a sus personajes. The Chambermaid no hace nada que no hayamos visto antes, necesariamente, pero al menos logra encontrar una razón de ser hacia la mitad de la historia, desarrollando con efectividad una narrativa tradicional pero suficientemente emotiva.

Como Anka, Dana Droppová hace un buen trabajo permitiéndole al espectador empatizar con la pobre chica. Felizmente, nunca la convierte en una víctima sufrida, si no más bien en alguien que merece un mejor destino, y que lamentablemente, perteneciendo a tres grupos minoritarios extremadamente vulnerables (es pobre, es mujer y es queer), parece haber nacido en la época incorrecta. Por su parte, Radka Caldová oscila entre interpretar a Resi de forma muy antipática, y otorgarle algo de humanidad y ternura. Uno eventualmente cree en el amor que siente por Anka, pero para llegar a ese punto, es necesario aguantar momentos en los que el personaje se comporta de forma terrible —apropiado para la época y el contexto en el que se desarrolla The Chambermaid, pero igual creo que pudo estar mejor manejado.
The Chambermaid es un drama de época de corte tradicional, efectivo y poco sorprendente. Por más de que se trate de un romance entre dos chicas jóvenes y hormonales, por momentos se siente bastante conservadora, incluyendo pocos momentos de tensión sexual, más bien obligando a su personaje central a mostrar su cuerpo (casi) únicamente en situaciones incómodas o hasta de abuso. Pero fuera de eso, la película va mejorando mientras avanza, vinculando de forma creíble el contexto sociopolítico de la historia con las preocupaciones de sus protagonistas, escenificando de forma creíble, además, a la Praga de principios del siglo pasado. The Chambermaid cuenta con pocas sorpresas, pero igual debería resultar entretenida e intrigante para quienes estén en busca de una curiosa mezcla entre lo clásico y lo medianamente valeroso.
Nota: Vi este film gracias a un screener cortesía de Omnibus Entertainment y Foundry Communications.
Avance oficial:
- Mi calificación