Echo Valley

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“Echo Valley” es un drama con toques de thriller que se puede interpretar de diversas maneras: como una historia sobre los peligros de las drogas, como la prueba de lo lejos que puede llegar una madre para ayudar a su hija, o simplemente como una narrativa que nos muestra lo dolidos, rotos y vulnerables que nos puede dejar una gran pérdida. Todas estas perspectivas son válidas, y son, de hecho, lo que convierten a “Echo Valley” en toda una sorpresa. Se trata, pues, de una película muy recomendable, especialmente para quienes estén con ganas de una experiencia imprevisible y por momentos intensa.

La gran Julianne Moore (incapaz de dar una mala actuación) interpreta a Kate Garretson, la dueña de una granja en una zona campestre llamada Echo Valley, que pasa los días encargándose de su negocio y, ocasionalmente, dando clases de equitación. Lamentablemente, está pasando por un mal rato. Está de duelo debido a la reciente muerte de su esposa, Patty (Kristina Valada-Viars, a quien lógicamente solo vemos en flashbacks), y casi ni tiene dinero, por lo que tiene que recurrir a su ex esposo, el adinerado Richard (Kyle MacLachlan) para, por ejemplo, poder arreglar el techo de su casa.

Las cosas se tornan incluso más complicadas cuando una noche su hija drogadicta, Claire (una excelente Sydney Sweeney) llega a su rancho. Le pide plata, le pide ayuda y después de unos días se va. Pero cuando regresa otra vez, llega con el polo manchado de sangre y malas noticias: ha asesinado a su novio dealer, Ryan (Edmund Donovan) de casualidad, y no sabe que hacer. Así que, dispuesta a hacer de todo por ayudar a su hija, Kate hace lo que cualquier madre haría: le dice a la chica que se quede en su cuarto, y lleva el cadáver de Kyle a un lago cercano, tirándolo al agua con un peso para que no salga flotando. Todo parece haberse solucionado, entonces, pero cuando un día llega el “jefe” de Ryan, Jackie (Domhnall Gleeson) a la casa de Kate, esta última se da cuenta de que sus problemas no han terminado de esfumarse.

Lo que convierte a “Echo Valley” en una narrativa interesante y creíble es la dinámica entre la Kate de Moore y la Claire de Sweeney. La primera es una madre abnegada y gentil, que desgraciadamente es incapaz de decirle que no a su hija, siempre dispuesta a engreírla y ayudarla. Y la segunda es una maestra manipuladora, drogadicta como ella sola, e incapaz de siquiera considerar la posibilidad de que, por ejemplo, pueda regresar a la universidad. Kate necesita a Claire —especialmente ahora que se ha quedado sola—, y esta última se aprovecha de eso, sabiendo que, no importa qué tanto la malogre o se equivoque, su madre estará siempre presente para ayudarla.

Es así que “Echo Valley” se va llevando a cabo como un “jala y empuja” entre Kate y Claire, hasta que finalmente, debido a un par de giros narrativos interesantes, la primera parece darse cuenta de que no puede seguir ayudando a la segunda. De hecho, la chica la mete en tales aprietos (lógicamente no incluiré detalles), que la madre termina viéndose a obligada a solucionar una situación muy complicada, hasta peligrosa. Felizmente, cuenta con la ayuda de la Mejor Amiga del Mundo™, Leslie (Fiona Shaw), quien aparentemente haría de todo por hacer que Kate pueda vivir en paz. Es gracias a ella que nuestra protagonista logra encontrar soluciones a difíciles problemas; una suerte de luz en medio de una terrible oscuridad.

Como deben imaginarse, Moore está excelente como Kate, interpretándola como una mujer inteligente y fuerte, pero que sin embargo se encuentra en un estado muy vulnerable del cual, por supuesto, su hija se aprovecha. Este es el tipo de rol que Moore podría interpretar mientras duerme; felizmente, eso no es lo que termina haciendo la experimentada actriz, más bien otorgándole energía y verosimilitud al papel. Por su parte, Sweeney es muy convincente como una chica manipuladora y mentirosa; como una reina del drama que quiere que la madre le solucione todos los problemas hasta el fin de los tiempos. Una escena en particular en “Echo Valley”, donde Claire abusa verbal y físicamente de Kate, aunque sea muy brevemente, demuestra el gran nivel en el que se encuentran ambas actrices.

Por otro lado, agradezco que el guion de Brad Ingelsby (“Mare of Easttown”) incluya suficientes giros como para que la experiencia en general no se torne repetitiva o previsible. De hecho, un giro en particular me agarró desprevenido, haciendo que aprecie más lo que Ingelsby y Pearce han hecho. Y aunque la forma en que se lleva a cabo el desenlace no es igual de chocante que dicho giro, igual resulta suficientemente satisfactorio, especialmente por lo bien parada que deja a Kate, dejando bien en claro que se trata de una mujer astuta y con más recursos de lo que alguien como Jackie se podría imaginar.

Sabía poco de “Echo Valley” antes de animarme a verla, pero incluso si hubiese visto más material promocional del filme, igual me hubiese terminado sorprendiendo. Lo que tenemos acá es un thriller tenso, que le permite a uno empatizar sin problemas con su protagonista, así como entender a su hija sin llegar a justificar sus acciones. Ambas protagonistas están en su mejor momento; las acusaciones secundarias destacan por su verosimilitud (Gleeson y Shaw están particularmente bien), y el filme en general se siente visceral, cercano, como para que el espectador esté atento durante todo momento. Sin hacer demasiado ruido, “Echo Valley” termina siendo de lo más interesante que puedan ver en Apple TV+ estos días; puede que no sea súper ambiciosa u original, pero igual vale la pena que le den una oportunidad.

Avance oficial:

80%
Puntuación
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