Por más de que intenta unir a las películas clásicas con Pat Morita con la precuela con Jackie Chan de hace unos años, hasta incluyendo un par de referencias a la popular serie “Cobra Kai”, “Karate Kid Leyendas” no se termina sintiendo particularmente original. De hecho, a nivel narrativo, lo que tenemos acá es un filme completamente previsible, que hace uso de las mismas herramientas de storytelling de siempre para entregarle al público más de lo mismo. Por ende, si lo que esperaban de esta nueva entrega de la franquicia era algo sorprendente, pues no lo encontrarán acá. Pero si no les importa consumir algo familiar, que los puede entretener durante un par de horas sin ofender (demasiado) a los fans de las otras películas, pues tampoco es que “Karate Kid Leyendas” sea una opción horrible.
“Karate Kid Leyendas” comienza con un breve prólogo que intenta justificar algún tipo de vínculo entre el Señor Han de Jackie Chan y el Sensei Miyagi de Pat Morita —se siente un poco forzado, pero bueno, se acepta. Luego de eso, nos transportamos a Beijing, en donde el joven Li Fong (un carismático Ben Wang) entrena en el Dojo de Han por más de que su madre (la gran Ming-Na Win) se oponga. De hecho, esta última va a verlo a dicho lugar para darle una noticia: ella ha conseguido un nuevo trabajo en un hospital, por lo que tienen que mudarse a Nueva York. Como se deben imaginar, nuestro adolescente protagonista no reacciona muy bien a estas novedades.

No obstante, una vez que llegan a la Gran Manzana, las cosas no resultan tan malas. No pasa mucho tiempo para que Li se haga amigo de Mia (Sadie Stanley), la hija del dueño de la pizzería del barrio, un ex boxeador llamado Victor (Joshua Jackson). Pero como no todo puede estar bien, resulta que este último le debe dinero a gente muy turbia, por lo que decide regresar al ring una última vez para participar en algunas peleas, ganar dinero, y poder pagar su deudas. Y para eso, le pide a Li que lo entrene. ¿Pero qué pasa si Victor no resulta victorioso en su pelea? ¿Será Li el responsable de su fracaso, o podrá ayudarlo de alguna manera para que deje de ser extorsionados por los mafiosos locales?
Hay que admitir que, al menos, “Karate Kid Leyendas” trata de incluir algunas novedades para hacer que la trama se sienta ligeramente distinta a lo que hemos visto antes. Por ende, en esta ocasión tenemos a un protagonista que lucha para ayudar a sus amigos, y que pasa de ser un mero entrenador, a aceptar que el Kung-Fu le permitirá hacer algo de bien. Es así que Li termina metiéndose a pelear en el Torneo de los 5 Distritos, una competición de Karate que le permite al filme traer de vuelta a Daniel LaRusso (Ralph Macchio) para que, junto a Han, pueda entrenar a Li en una nueva disciplina. Aquellos entrenadores son dos ramas en un mismo árbol; dos disciplinas que deberían complementarse para convertir a Li en un verdadero campeón.
Todo eso está muy bien, pero igual, al final del día, “Karate Kid Leyendas” se termina llevando a cabo como la clásica historia del peleador pequeño y bonachón que debe derrotar a su bully, en este caso, un agresivo peleador interpretado por Aramis Knight, que sabemos es el ex de Mia y sabemos es mal tipo… pero nada más. No se pongan a ver esta película en busca de caracterizaciones complejas, o siquiera de líneas narrativas con conclusiones lógicas o satisfactorias. Lo más importante es la “vibra” de la historia, así como la mezcla de filosofías que, en teoría, justifican el que tanto las películas clásicas como el reboot con Jaden Smith (quien ni siquiera es mencionado en esta nueva entrega, dicho sea de paso) existan en la misma realidad.
Ahora, si la trama no es nada del otro mundo, ¿qué tal están la peleas? Pues están bien… hasta cierto punto. Por un lado, tenemos a Ben Wang, alguien que claramente sabe de artes marciales y puede hacer sus propias piruetas, así como un superlativo trabajo de coreografías y movimientos (hasta Joshua Jackson luce creíble cuando se pone a luchar). Pero por otro lado, tenemos extrañísimas decisiones de montaje y dirección, en donde algunas luchas son presentadas con cámaras nerviosas y cortes demasiado frecuentes que no dejan ver bien la acción. Se nota que la gente involucrada en el desarrollo de las trifulcas sabía lo que hacía; una pena, entonces, que el director Jonathan Entwistle haya decidido machacarlo y triturarlo todo en la edición.
Esto, felizmente, no convierte a la experiencia en general en algo lamentable o insufrible —dentro de todo, igual las peleas se entienden. Simplemente me hubiese gustado que el director tuviese una mayor confianza en los movimientos de sus personajes, dejando que los encuentros hablen por sí mismos. Porque en realidad, “Karate Kid Leyendas” logra justificar la mayoría de peleas tanto a nivel narrativo como emocional, desarrollando a su protagonista de forma creíble para que uno esté siempre apoyándolo. No es nada extraordinario, pero dentro de los elementos arquetípicos que la película utiliza, por lo menos se hace un buen trabajo para que el espectador la pase bien.

Ayuda, pues, que Ben Wang sea un buen protagonista. No solo tenemos (¡POR FIN!) al primer personaje principal asiático de la franquicia, si no también a uno que resulta simpático, carismático y divertido de ver. Además, Wang maneja una buena química con la encantadora Sadie Stanley quien, como se deben imaginar, se convierte rápidamente en su interés romántico. Como el padre de esta última, Joshua Jackson da una interpretación suficientemente verosímil, y la siempre genial Ming-Na Wen, lamentablemente, se siente un poco desperdiciada como la madre de Li. La relación entre ella y su hijo debió ser un componente importante de la trama, pero por alguna razón u otra, al menos en este corte del filme, se siente mal desarrollada. Y aunque los trailers prometían una mayor presencia de parte de Chan y Macchio, lo que terminan haciendo acá, lo hacen bien.
No hay mucho más que pueda escribir sobre “Karate Kid Leyendas”, la verdad. Se trata de una secuela meramente cumplidora que no hace nada muy original a nivel narrativo, y que a pesar de incluir coreografías de pelea impresionantes, nunca logra manejar un gran nivel de tensión debido a ciertas decisiones directorales confusas. Súmenle a eso el estilo de montaje bien de YouTube (con transiciones exageradas, pantallas divididas, gráficas en pantalla, canciones que no funcionan, y más), y uno no puede evitar sentir que “Karate Kid Leyendas” pudo —no, debió ser mejor. Es así, pues, que la película termina funcionando con las justas gracias a su buen reparto y honestidad emocional, pero algo me dice que los fanáticos de los filmes anteriores igual podrían quedar ligeramente decepcionados. Solamente no vayan a verla esperando algo que se asemeje a “Cobra Kai”; ahí sí que podrían quedar bien molestos.
NOTA: “Karate Kid Leyendas” cuenta con una escena adicional justo antes de los créditos finales que, al menos en mi función, puso muy contenta a mucha gente.
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