Terapia de Riesgo: un buen thriller a la antigua

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Steven Soderbergh ha anunciado ya un par de veces en el pasado que piensa retirarse del mundo del cine por diferentes razones. usualmente tienen que ver con el descontento que tiene con el sistema de estudios de Hollywood… no lo culpo. Y aunque lo entiendo, al ver las películas tan buenas que suele dirigir, realmente me daría pena si es que se retirara como director. Terapia de Riesgo (Side Effects es su título original, mucho más sugerente y menos cliché) no es necesariamente una gran película, pero como un thriller bien a la antigua (Hitchcock estaría orgulloso de Soderbergh) funciona realmente bien.

La película cuenta la historia de Emily Taylor (Rooney Mara, esta vez sin piercings ni ningún dragón tatuado), una chica de 28 años quien recibe a su marido, Martin (Channing Tatum) en casa, después de que este ha salido de la cárcel. Lamentablemente, el retorno de su marido hace que la chica caiga en depresión, por lo que intenta suicidarse, y después de estar poco tiempo en el hospital, comienza a ser cuidada por el doctor Jonathan Banks (Jude Law), un psiquiatra que no siempre parecer saber como manejar a este paciente en particular. De igual forma, Banks se interesa tanto por Emily que habla con su terapeuta anterior, la doctora Siebert (Catherine Zeta-Jones), quien lamentablemente no provee con demasiada ayuda. Y encima las cosas empeoran. Las pastillas que Emily toma hacen que haga cosas sonámbula, lo cual traeré consecuencias no muy positivas.

Lo más interesante de la película son los cambios en la trama y las sorpresas que tiene guardadas para el espectador. Durante la primera mitad, aproximadamente, parece que el filme tratará sobre la ética en relación a los psiquiatras y las farmacéuticas en los EE.UU., con Emily en medio del tema. Pero después de un rato las cosas… cambian. Trataré de no malograr mucho la película a aquellos que no la hayan visto, pero basta con decir que hay cambios a nivel de protagonista, narrativa e incluso motivaciones en ciertos personajes. No sé si no he visto suficientes películas de Hitchcock (creo que he visto lo justo, pero no puedo considerarme un experto) o si simplemente la película es así de impredecible, pero algunos giros no me los veía venir. Y eso, en un thriller, siempre es bueno.

Las actuaciones, a excepción de uno que otro caso, son excelentes. Rooney Mara sigue probando que es una de las más prometedores actrices jóvenes trabajando en Hollywood. Al principio su Emily es vulnerable e inteligente, una protagonista interesante y fallada que parece que trata de hacer todo lo posible por salvar su matrimonio. Pero de ahí cambia, demostrando un lado de su personaje que no me veía venir, y ella hace que esa transformación sea creíble. En los hombros de una peor actriz, dicho cambio en sus motivaciones no habría funcionado. Jude Law también es muy bueno, presentándonos a un psiquiatra no necesariamente heróico (comete errores, como todo humano, y como pocos personajes «buenos») pero sí bien intencionado. Channing Tatum aparece menos de lo que me esperaba, pero hace un buen trabajo, demostrando nuevamente que cuando trabaja con directores de calidad, es mucho más que músculos y una sonrisa Colgate. La que si no me convenció mucho, más bien, fue Catherine Zeta Jones. Digamos que su performance es muy… obvia y algo caricaturezca. Parecía algo más como para el teatro que para una película. Aunque debo admitir que su escena lésbica con cierto personaje es realmente convincente y erótica.

Y a pesar de lo bien dirigida y actuada que está la película… no es el tipo de filme que se quedará grabado en tu cabeza por meses, creo yo. Los giros en la trama que mencioné (vagamente) están muy bien hechos, pero si hay algo que sucede con frecuencia en este tipo de películas es que no tienen un valor de repetición muy alto. Es decir, su narrativa depende tanto de estos giros y sorpresas que cuando la vuelves a ver, no resulta igual de impactante y efectivo. Es cierto, estos aspectos del filme me parecieron excelentes e impredecibles cuando vi la película por última vez, pero una vez que ya sabes lo que va a pasar, verlo nuevamente no resulta igual de satisfactorio. Cabe mencionar, entonces, lo bueno que es Soderbergh en su trabajo, ya que la película no resulta mala si es que ya la has visto antes. Simplemente no es igual de buena.

Realmente sería una pena si esta llega a ser la última película dirigida por Steven Soderbergh. No solamente porque me parece que es un gran director con estilo propio y mucho qué decir con sus películas, si no también porque, aunque Terapia de Riesgo es un muy buen thriller, no es precisamente una obra maestra. Soderbergh ha hecho mejores cosas, y sería bueno que se retirase con algo de mayor calibre. Dicho eso, supongo que podría irse con algo mucho peor (¿alguien recuerda sus películas sobre el Che Guevara? ¿No? ¿Nadie? Lo suponía….) Terapia de Riesgo es una gran «película de refrigerador», como diría Hitchock: funciona muy bien mientras la ves, pero en retrospectiva… no tanto. Es un filme entretenido y muy profesional, el tipo de película que hubiera merecido ser estrenado en nuestro país mucho antes, y no a unas semanas de su salida en DVD en el resto del mundo.

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