Los Perros – FESTIVAL DE CINE DE LIMA 2017

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De manera similar a “Una mujer fantástica”, “Los perros”, de Marcela Said, es una mirada a un Chile actual que mucho ha heredado del gobierno militar, en donde el conservadurismo, el machismo y la discriminación son el pan de cada día. Pero acá también entra a tallar el pasado: las acciones y decisiones de militares que, hoy en día, son metidos en procesos judiciales aparentemente eternos, personas que, en algunos casos, gracias a sus influencias o al poder que todavía tienen, pueden liberarse de sus acusaciones, pero que también podrían llegar a ser encarcelados por crímenes que nunca deberían ser olvidados.

Todo esto es, curiosamente, observado desde el punto de vista de Mariana Blanco (Antonia Zeggers), una mujer de 42 años muy privilegiada, hija de un empresario forestal ex militar (Alejandro Sieveking), y casada con un argentino. Ella vive en una burbuja: al comenzar la película, no parece estar particularmente interesada en el pasado de su país o en los problemas de los demás. Mariana vive en el campo, tomando clases de equitación, haciéndose un tratamiento de fertilidad para tener un hijo con un hombre que claramente no ama.

La cosas cambian, sin embargo, cuando se entera que su profesor de equitación, (Alfredo Castro), también un ex militar, está atravesando un proceso judicial debido a una serie de acusaciones que se le han hecho, relacionadas a su época como coronel. Intrigada, la rutina de Mariana irá cambiando poco a poco, interesándose cada vez más en su maestro que en su marido, y tratando de entender un poco la manera en que el mundo —y su país— ha estado funcionando fuera de su círculo social.

Mariana es un personaje lleno de contradicciones. Es una mujer de más de cuarenta años, pero muchas veces se comporta como una adolescente, de manera inmadura, impulsiva, juguetona. Se obsesiona con los secretos de la gente que la rodea, y parece no estar consciente de los peligros que pueden estar presentes en el mundo real, fuera de su burbuja. Las escenas que comparte con un investigador de policía, por ejemplo, son incomodísimas porque uno sabe que dicho personaje tratará de hacerle algo ella, que tratará de aprovecharse de su inocencia; el problema es que ella se comporta como una niña, insistente, terca.

No obstante, Mariana es también alguien que quiere tener hijos, una mujer que hace lo posible por resaltar, de manera limitada, eso sí, en un mundo dominado por hombres. Es maltratada verbalmente tanto por su esposo como por su padre; ambos la tratan de la manera más condescendiente posible, insultándola incluso, cuando ella simplemente no quiere hacer lo que ellos le piden. Hay una frase que es repetida varias veces a lo largo de la película, de diferentes maneras: “¡Seguro dejaste tu cerebro en el mall!” El machismo está tan arraigado en este Chile que este tipo de exclamaciones, exageradamente sexistas, no son cuestionadas por nadie.

No, Mariana no es un personaje con el que es fácil empatizar; toma todo con frialdad, superficialmente, casi como jugando. Pero a la vez, resulta verdaderamente chocante ver plasmada en pantalla una sociedad tan cínica, en donde la mujer no trabaja, no puede opinar, y únicamente se dedica a su hobbies. La película se titula “Los Perros” porque Mariana ama a dichos animales (¡quién no!), pero también podría referirse a todos los personajes masculinos que la rodean. 

Antonia Zeggers tiene el trabajo poco envidiable de interpretar a una protagonista llena de conflictos internos que la convierten en alguien poco heroico, en una mujer que tiene mucho con qué pelear, pero que no siempre parece estar dispuesta a comportarse de la manera debida. Uno no siempre está de acuerdo con sus decisiones, muchas veces tomadas de manera repentina o sin considerar sus consecuencias; es un personaje intrigante y muy real. Alfredo Castro es igual de creíble como el ex coronel, un hombre que quiere dejar atrás su pasado sin arrepentirse de nada, alguien que ya se ha resignado a ser siempre juzgado y que representa, junto con el padre de Mariana, la mentalidad machista y militante tan presente todavía en la sociedad chilena.

“Los Perros” es una película sobre hipocresías, sobre hombres que creen tener la razón en todo pero que escoden pasados oscuros, muchas veces injustificables. En todo caso, el filme sirve como un gran ejemplo de la manera en que las cineastas chilenas están tratando de mostrar la herencia que tiene su país de la dictadura militar: la aceptación de un pasado terrible, y una estructura comandada por hombres que no hacen más que dar ordenes, esperando a que las mujeres obedezcan siempre sin cuestionar absolutamente nada. Es una película incómoda, sí, e inferior a la sublime “Una mujer fantástica”, pero que resulta igual de fascinante para aquellos que somos ajenos a esta realidad.

 

Avance oficial:

75%
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