Spider-man: lejos de casa

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Luego de que “Avengers Endgame” trajo de vuelta al amigable vecino Spider-man, estoy seguro que muchos teníamos la misma pregunta en mente: ¿cómo continuar con sus aventuras? ¿Cómo seguir en un mundo que sufrió la desaparición —y eventual reaparición— de la mitad de su población? ¿Cómo desarrollar la continuación (mas no secuela, si queremos ser estrictos) de una de las películas más masivas de los últimos años, sin sentir que estamos regresando al status-quo, o que tenemos que volvernos a conformar con aventuras de poca ambición?

Pues la respuesta de Marvel Studios es inesperadamente sencilla: concentrándose en sus personajes. Ahora, no me tomen a mal, “Spider-man: lejos de casa” contiene suficientes secuencias de acción y efectos digitales como para satisfacer al más exigente fanático del espectáculo visual millonario, pero si la película funciona, es porque se concentra en el personaje de Peter Parker, no solo como Spider-man, si no más bien como un chico común y corriente que no sabe como confrontar su nueva realidad. Es decir, se concentra en su relación con MJ (Zendaya) y con su mejor amigo, Ned (Jacob Batalon); en sus interacciones con su Tía May (la inmortal Marisa Tomei), y más importante, en las expectativas que el mundo tiene ahora hacia él. Todos esperan que se convierta en el siguiente Tony Stark, en el siguiente Iron Man… ¿pero es eso lo que él verdaderamente quiere? ¿Está listo? ¿Podrá convertirse en algo más que en un adolescente hormonal y ligeramente inseguro?

Pero me estoy adelantando. Al comenzar “Spider-man: lejos de casa”, el mundo se encuentra tratando de repararse a sí mismo luego del famoso Blip que acabó, y luego trajo de vuelta, a la mitad de su población. Además, también está tratando de lidiar con la muerte de Iron Man (Robert Downey Jr.), quien se sacrificó en “Avengers Endgame” para, por fin, poder derrotar al infame Thanos (Josh Brolin). Pero quien ha resultado más afectado es Peter Parker (Tom Holland). Tanto así, de hecho, que está muy emocionado por viajar a Europa con el colegio, y acompañado, por supuesto, por su mejor amigo Ned, y MJ, la chica a quien le gustaría invitar a salir.

Evidentemente las cosas no pueden ser tan sencillas. El implacable Nick Fury (Samuel L. Jackson) está buscando a Peter, y cuando finalmente lo encuentra en Italia, le tiene noticias muy graves. Una serie de criaturas llamada los Elementales han aparecido para crear caos y destrucción, por lo que ha decidido reclutarlo tanto a él como a Quentin Beck, alias Mysterio (Jake Gyllenhaal), un superhéroe de otras dimensión, para detenerlos. Pero Peter no está muy interesado en eso. Él solo quiere ser un chico normal; él solo quiere decirle a MJ lo mucho que le gusta y pasarla bien con ella y con Ned en Europa… pero Nick tiene otros planes. Y desgraciadamente, parece que él no es el único.

“Spider-man: lejos de casa” es tanto una secuela de “Spider-man: de vuelta a casa” como de “Avengers Endgame”, pero el director Jon Watts mantiene un tono más similar al de la primera para esta segunda parte. Por momentos, el filme se siente más como una comedia romántica juvenil con ciertas escenas de acción de superhéroes insertadas ocasionalmente, que como una típica entrega de la MCU, lo cual, sorprendentemente, funciona. No creo equivocarme al decir que la mayoría de espectadores estamos algo saturados de tanta secuencia de destrucción digital, por lo que felizmente, el foco de “Spider-man: lejos de casa” no está en ellas. La cinta se siente un poco más íntima, más interesada en desarrollar a Peter como un nuevo héroe, capaz de hacerle honor al legado de Tony Stark, de ser responsable y manejar un buen balance entre su vida personal y su vida “profesional”. Las batallas están ahí y funcionan, pero no son la estrella del show.

De hecho, tiene mucho sentido el que el fantasma de Stark esté presente durante casi toda la película. Esta versión de Peter Parker, se supone, también tuvo que pasar por la muerte del Tío Ben, pero su verdadero mentor fue Tony —es a Tony a quien Peter tiene que enorgullecer, y es a Tony a quien tiene que tratar de superar a la hora de trabajar junto con Mysterio y Nick. El rol de Happy Hogan (Jon Favreau, una de las constantes del MCU) y breves (pero inesperadas) conexiones con filmes como la “Iron Man” (¡!) y “Capitán América: Guerra Civil” ayudan a denotar que “Spider-man: lejos de casa” no es una película que funciona de manera individual. Uno necesita comprender su importancia bajo el contexto de la MCU y, más importante, bajo el contexto de la relación entre Peter y Tony. Sí, la historia se puede entender sin haber visto algunas de las películas previas, pero hacerlo sería el equivalente a comenzar una serie durante la tercera o cuarta temporada. Uno terminaría perdiéndose bastante.

Como siempre, Tom Holland está excelente como Peter Parker. Me gustó mucho como el guión aprovecha su inteligencia e ingenio durante algunas de las escenas más tensas de la película, y más importante, disfruté de como Holland supo mezclar eso con algo de nerviosismo e inseguridad, para desarrollar al personaje como alguien que está pasando por una etapa difícil y algo confusa. Es fácil empatizar con Peter porque, a pesar de tener increíbles poderes, solo es un adolescente —sí, un adolescente con trajes alucinantes, amigos millonarios y mucha inteligencia, pero un adolescente al fin y al cabo. El arco por el que tiene que atravesar el personaje funciona porque tiene que ver con su crecimiento y madurez; tiene que convertirse en alguien más responsable, alguien que piensa no solo en sí mismo o en “el mundo”, si no también en sus familiares y amigos.

Como MJ, Zendaya tiene un rol más importante que en la película anterior, y lo cumple sin mayores problemas. Su química con Holland es palpable, y protagonizan algunos de los momentos más adorables (o adorablemente incómodos) de estas películas. Su MJ es más sarcástica, más sardónica, y por ende, se siente más fresca y verosímil. Como Ned, Jacob Batalon es divertido como siempre; Samuel L. Jackson y Cobie Smulders están para guiar (y resondrar) a Peter de cuando en cuando, y Jake Gyllenhaal interpreta a Mysterio como un verdadero… bueno, misterio. ¿De verdad será un aliado, o será algo más? Quienes sepan sobre el personaje gracias a los comics o las caricaturas tendrán una buena idea de lo que uno debería esperar de él, y sin embargo, creo que la mayoría de giros narrativos que la película ha preparado deberían sorprender —o al menos agradar— a la mayor parte de espectadores.

Visualmente, “Spider-man: lejos de casa” no hace nada revolucionario, especialmente en comparación al resto del MCU. Los efectos visuales son competentes —los nuevos trajes de Spidey lucen bastante bien, y Mysterio se ve tal y como uno esperaría—, y las escenas de acción están correctamente escenificadas. En todo caso, el filme cuenta con una secuencia en específico que me hizo recordar un poco a “Doctor Strange”, pero por supuesto, sin llegar a ser igual de estimulante. Digamos que Peter se ve involucrado en un juego de ilusiones bastante psicodélico, el cual juega con su percepción de la realidad, y por ende, con la percepción que el público tiene de la realidad en la película. Es visualmente interesante —aunque un poco demasiado sintético—, pero nuevamente, no llega a superar a nada de lo que vimos en “Doctor Strange” (o hasta el Reino Cuántico de “Ant-man”).

Puede que “Spider-man: lejos de casa” sufra un poco en comparación a la genial “Spider-man: un nuevo universo”, pero eso no quiere decir que sea una mala película. De hecho, es todo lo contrario: lidia de manera competente con las consecuencias de los eventos de “Avengers Endgame”, nos muestra una versión intrigante de Mysterio, uno de los villanos clásicos de los cómics, y logra desarrollar una historia más íntima, mezclando acción y peligro con momentos más de comedia o romance. Debo admitir que “Spider-man: lejos de casa” me gustó más que la primera parte —la cual, de por sí, disfruté bastante; Holland se siente más a gusto en el rol, y vista dentro del contexto del MCU en general, funciona mejor como una nueva entrega de esta gigante franquicia (¡y la última de la Fase Tres!). Contrario a lo que hubiéramos podido pensar hace unos años, tenemos Spidey para rato.

Nota: “Spider-man: lejos de casa” incluye dos escenas poscréditos importantes. La primera, en particular, me dejó boquiabierto, y con ganas de ver qué pasará en una tercera película.

 

Avance oficial:

80%
Puntuación
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