Good Time: viviendo al límite

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“Good Time: viviendo al límite” no es un thriller convencional. En vez de tratar de emocionar a su público con secuencias de acción gratuitas, explosiones o balaceras, utiliza una atmósfera palpable y visualmente rica, así como una caracterización desbalanceada —y por momentos, perturbadora— de su protagonista. Se trata, pues, de un filme innegablemente tenso, el cual cuenta su historia de una manera muy particular; es todo un viaje en montaña rusa, el cual podría resultar algo confuso para algunas personas.

La película comienza con un prólogo que establece de manera muy efectiva la personalidad de sus dos personajes centrales. Vemos a un psiquiatra (Peter Verby) haciéndole un examen de lenguaje a Nick Nikas (Benny Safdie), el hermano con discapacidad mental del inestable Connie (Robert Pattinson). Este último llega para llevarse a su hermano, convencido de que los exámenes no le hacen bien, y terminan tratando de robar un banco. Desgraciadamente, el asalto no resulta, y Nick termina en la cárcel. Connie primero trata de usar el dinero de su novia, Corey (Jennifer Jason Leigh) para liberar a Nick, pero cuando esto no funciona, recurre a métodos menos convencionales.

Benny y Josh Safdie dirigen “Good Time: viviendo al límite” de manera muy intensa y claustrofóbica. Hacen uso de planos muy cerrados —la mayoría primeros planos de sus protagonistas— para involucrarlo a uno en la historia, hacerlo sentir de que está viviéndola junto a sus protagonistas. Utilizan muchas cámaras en mano, planos aberrantes, y hasta zooms repentinos para inyectarle mucha energía a su filme, tanto así que podría llegar a desorientar a algunos espectadores. No me cabe la menor duda de que esta es la intención de los cineastas; quieren que percibamos todo desde el punto de vista del desequilibrado —pero muy inteligente— Connie.

Adicionalmente, también incluyen muchos colores de neón —rojos, morados, verdes— y le otorgan cierto granulado a su imagen para desarrollar una estética bastante retro. A pesar de que “Good Time: viviendo al límite” se desarrolla en tiempos modernos, uno podría confundir a la película, muy fácilmente, con una producción de los años 70 u 80. La memorable banda sonora, compuesta de sonidos electrónicos y sintetizadores, ciertamente contribuye a este estética. Los hermanos Safdie tenían un estilo muy particular en mente para su cinta, u definitivamente la desarrollaron de la mejor manera posible.

Robert Pattinson sigue alejándose del vampiro brilloso de “Crepúsculo” que lo convirtió en una celebridad. Su actuación como Connie es intensa, verosímil e hipnotizante. Mucha de la tensión de la película se deriva de la sensación que el espectador tiene de que Connie podría explotar en cualquier momento; es como una bomba de tiempo, llena de ira y frustraciones. No obstante, uno siempre quiere que a Connie le vaya bien porque se trata de una persona que, a pesar de haber vivido una vida complicada, es muy inteligente; esto se ve claramente cuando tiene que manipular a otras personas, o convencerlas de que hagan lo que él quiere que hagan.

Por su parte, Benny Safdie hace un muy buen trabajo como Nick. A diferencia de varios actores, que pueden tener dificultades a la hora de interpretar a un personaje con discapacidades mentales, Sadfie es totalmente creíble; no exagera, y convierte a Nick en un personaje que se siente muy humano, muy vulnerable. No se trata de una interpretación ofensiva en lo absoluto. Adicionalmente, Jennifer Jason Leigh, Barkhad Abdi (“Capitán Phillips”) y Taliah Webster (en su debut cinematográfico) tienen roles relativamente pequeños, pero importantes.

A pesar de que hay uno que otro momento de comedia negra, “Good Time: viviendo al límite” es principalmente un thriller y un drama; esto último se nota a leguas durante secuencias verdaderamente intensas, como la que involucra a Pattinson tratando de escapar de la policía, o al mismo personaje aliándose con un criminal desconocido para encontrar una bolsa de dinero robada en medio de un parque de atracciones. De hecho, “Good Time: viviendo al límite” contiene algunas escenas que podrían perturbar demasiado a algunos espectadores; ciertamente no esperaba ver a Pattinson besar a una menor de edad en la película. La buena noticia, sin embargo, es que ninguno de estos momentos se siente gratuito, y no son utilizados de manera explotadora o de mal gusto.

“Good Time: viviendo al límite” es una cinta que, a pesar de presentar una historia potencialmente exagerada, logra presentarse a sí misma de manera muy verosímil y cínica, lo cual resulta en un producto final muy tenso y lleno de suspenso. El trabajo de Robert Pattinson es excelente, y la dirección de los hermanos Safdie le otorga una estética retro memorable a la cinta. No sé si me animaría a manifestar que tuve un “Good Time” a la hora de ver este filme —no se trata de una película clásicamente divertida—, pero definitivamente lo recomiendo para aquellos que tengan ganas de ver un thriller estilizado e hipnotizante.

Avance oficial:

88%
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