Noche de juegos

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Puede que suene un poco obvio, pero el principal objetivo de cualquier comedia es simple: hacer reír a su público. Elementos como la trama o el desarrollo de los personajes son también importantes, por supuesto, pero de poco sirven si es que la cinta carece encanto o de gags bien construidos. Lo menciono porque, aunque suene absurdo, muchas comedias se olvidan de esto, más bien favoreciendo lo asqueroso, lo estúpido, o lo simplemente trillado por sobre los chistes bien contados, derivados de las situaciones en los que los protagonistas de ven involucrados. De hecho, no recuerdo ninguna comedia del año pasado que realmente me haya parecido divertida; el filme que más me hizo reír el 2017, fue “LEGO Batman” el cual, técnicamente, no es una comedia pura.

 

Es por todo esto que resulta refrescante —y placenteramente satisfactorio— el encontrar una película como “Noche de juegos” en la cartelera comercial. Puede que no se trate de una propuesta particularmente original, pero a diferencia de muchas de las comedias que Hollywood saca año tras año, cumple su cometido sin ningún traspié grave: hacer reír a su público. Exagerada, absurda, y tremendamente carismática, “Noche de juegos” es una cinta que se mueve rápido y que presenta situación cómica tras situación cómica sin subestimar a su público, haciendo que se rían con los personajes, y no de ellos.

 

La premisa es intrigante. Nuestros protagonistas son la pareja de Max (Jason Bateman) y Annie (Rachel McAdams), dos personas altamente competitivas que, todos los viernes, organizan una noche de juegos en casa, e invitan a sus amigos. Estos son Kevin (Lamorne Morris) y su esposa, Michelle (Kylie Bunbury), y el amigo soltero —y estúpido— de Annie, Ryan (Billy Magnussen), que invita a una chica diferente cada semana. Esta semana, sin embargo, en vez de traer a una cabeza hueca más, llega acompañado de Sarah (Sharon Horgan), una chica irlandesa y elegante. Además, también ha llegado Brooks (Kyle Chandler), el hermano mayor de Max, quien es considerado por todos como el más apuesto, exitoso y carismático de los dos. No obstante, el juego debe ser mantenido en secreto; eh vecino de Max y Annie, el policía Gary (Jesse Plemons) se muere por participar, pero nadie lo quiere invitar debido a su personalidad algo perturbadora y siniestra.

Aburrido de los juegos de siempre, y dispuesto a demostrar lo acaudalado que es, Brooks decide darle un giro a la noche de juegos: contrata a una empresa que desarrolla un asesinato misterioso —falso, por supuesto—, en el que todos se tienen que involucrar, tratando de encontrar pistas para, eventualmente, ganar un premio mayor. La cosas se complican, sin embargo, cuando los maleantes llegan… y en vez de ser actores, terminan siendo criminales de verdad. Capturan a Brooks —quien aparentemente está involucrando en negocios turbios— y, creyendo todavía que se trata de un juego, las tres parejas comienzan a buscarlo. Solo cuando le disparan a Max —con una pistola de verdad— se darán cuenta que están involucrados en un secuestro real, lo cual los llevará a tomar medidas desesperadas para poder rescatar a Brooks.

 

Un concepto como este está lleno de potencial; después de todo, debido a los engaños que se llevan a cabo tanto de Brooks hacia el resto de los personajes, como de los villanos a los protagonistas, se pueden desarrollar muchos momentos de malentendidos y situaciones verdaderamente hilarantes. Y aunque no me animaría a manifestar que el guionista, Mark Perez, aprovecha el potencial de la trama al máximo, definitivamente logra extraerle bastante humor. Los chistes son variados; tenemos gags físicos, tenemos referencias a otras películas, tenemos juegos de palabra, y hasta un hilarante (y falso) cameo. De todos los chistes, el 80% me hicieron reír a carcajadas, un ratio bastante alto, especialmente en comparación a otras comedias contemporáneas estadounidenses.

 

La historia, por su parte, está llena de giros, algunos inesperados y chocantes, otros bastante innecesarios. Hay ciertos momentos en donde Perez y los directores, John Francis Daley y Jonathan Goldstein (“Quiero matar a mi jefe”) agarran de sorpresa al público a través de cambios inesperados pero lógicos, mientras que otras situaciones resultan más absurdas y trilladas que satisfactorias. El balance, sin embargo, es positivo; el filme nunca se queda sin energía, y logra divertir hasta sus momentos finales. Hubiese sido buena idea quitarle un poco de “grasa” a la historia —para dure hora y media clavada, en vez de cien minutos—, pero no se trata de un defecto que termine por malograr la experiencia en general.

Jason Bateman es perfecto como Max; su interpretación sarcástica y casual es ideal para interpretar a un hombre común y corriente que se ve involucrado en una situación extraordinaria. Rachel McAdams es hilarante y enérgica como Annie, y la química entre ambos es fuerte; realmente uno se los cree que como una pareja que se enamoró debido a los competitivos que son los dos. Lamorne Morris (Winstone en la serie de televisión “New Girl”) es hilarante sin llegar a convertirse en una caricatura (y su imitación de Denzel Washington es precisa); Kylie Bunbury es sólida como Michelle; Billy Magnussen se roba escenas como el idiota de Ryan; Kyle Chandler nos muestra un lado más relajado de su personalidad —suele protagonizar películas más serias—, y Jesse Plemons es perturbador como Gary.

 

Muchas comedias —especialmente las que produce Hollywood hoy en día— comienzan prometedoramente, para luego desmoronarse en el tercer acto. Felizmente, ese no es el caso de “Noche de juegos”. Mantiene el mismo nivel de energía durante sus cien minutos de duración, y nunca de torna en un ejercicio de manipulación de emocional, desarrollando los momentos más emotivos de manera efectiva pero poco cursi. El desenlace es satisfactorio sin necesidad de caer en clichés, y aunque ciertamente pudo ser más corta, la película resulta ser una experiencia ligera, deliciosamente negra, y consistentemente divertida. “Noche de juegos” es, pues, una de las mayores sorpresas en lo que va de este 2018.
Avance oficial:

75%
Puntuación
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