Flash

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El camino para llegar a esta versión de “Flash” ha sido arduo y extenso. La producción ha pasado por varios directores (incluyendo al mismísimo Ben Affleck), ha sido atrasada varias veces, e incluso ha pasado por varias VERSIONES del Universo DC. Lo que inicialmente iba a ser un filme más perteneciente al ahora llamado “Snyderverse”, está siendo utilizado como una suerte de transición entre aquel universo y el que James Gunn y Peter Zafran están creando desde cero (comenzando con una nueva película de “Superman”). Infinidad de cintas de superhéroes han sido estrenadas entre que “Flash” fue anunciada y finalmente salió, lo cual también ha ayudado a transformar las expectativas que el público podría tener de una historia como esta.

Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a Ezra Miller. El llamado “Terror de Hawaii” se ha vuelto involucrado en un sinfín de controversias, demostrando que se trata de una persona terrible Y terriblemente enferma —un actor que debería enfrentar las consecuencias de sus actos, y que espero no vaya a interpretar a Barry Allen/Flash en ninguna otra producción de DC. No estoy incluyendo “spoilers”, pero por como termina esta película, creo que eso es precisamente lo que terminará sucediendo. No veo ninguna razón por la que Miller debería seguir apareciendo en estas producciones, especialmente si Gunn y compañía quieren dar la sensación de estar comenzando desde cero.

Pero bueno, habiendo dicho ya todo lo anterior, ¿qué hay de la película en sí? “Flash”, dirigida por el argentino Andy Muschietti, está… bien. Está OK. No tiene nada del otro mundo (bueno, literalmente sí, pero no figurativamente), pero tampoco es horrible. No es de las peores películas de superhéroes que jamás haya visto, pero tampoco es ofensivamente mala. De hecho, por más de que narre una historia por momentos emotiva y suficientemente entretenida, cuenta con dos problemas principales (o tres, si es que toman en consideración los problemas personales de Miller como parte de la experiencia de ver el filme; eso ya dependerá de cada espectador): los efectos visuales digitales son frustrantemente inconsistentes, y resulta prácticamente imposible NO compararla a “Spider-man: a través del Spider-verso” (después de todo, ambas son historias de multiversos). En breves ahondaré en ambos temas.

Miller interpreta a Barry Allen/Flash, quien al comienzo de la película, pertenece todavía a la Liga de la Justicia (junto con el Batman de Ben Affleck, la Mujer Maravilla de Gal Gadot, el Aquaman de Jason Momoa, y asumimos, el Superman de Henry Cavill y el Cyborg de Ray Fisher). Sin embargo, se siente más como el conserje de aquella banda que como un héroe de verdad; es en estos primeros momentos, por ejemplo, que lo vemos “limpiar” un desastre causado por el Hombre Murciélago, mientras éste último se dedica a perseguir a los malos. Es esta secuencia, también, la que demuestra los considerables talentos de Muschietti a la hora de dirigir acción, pero también muchas de las falencias que seguirán apareciendo a lo largo del filme (basta con decir que nos muestra unos bebés digitales que no podrían verse más falsos y sintéticos si lo hacían apropósito).

Las cosas cambian, sin embargo, cuando Barry se da cuenta que, de correr más rápido que la velocidad de la luz, puede viajar en el tiempo. Y es así que tiene la idea de retroceder en el tiempo para salvar a su mamá (Marivel Verdú… ¡!), la cual supuestamente fue asesinada por su padre, Henry (Ron Livingston, reemplazando a Billy Crudup), quien en realidad es inocente. Al hacer esto, no obstante, termina cayendo en el pasado de una realidad alterna, donde los Metahumanos no existen, Batman es interpretado por Michael Keaton (como en las dos películas de Tim Burton), y no hay nadie para detener al General Zod (Michael Shannon) cuando viene a invadir la Tierra. Es así que Batman, Barry y el Barry de esta otra realidad (también Miller) deciden ir en busca de Superman, pero terminan encontrando a Kara Zor-El (Sasha Calle), la prima del Hombre de Acero. Juntos, tendrán que detener a Zod, y regresar las cosas a como estaban antes.

La premisa de “Flash” no carece de potencial; mezclar diferentes Universos de películas de DC ya existentes era algo que tarde o temprano iba a suceder. El problema es que debió suceder… después. Por ejemplo, al inicio de la película, la Liga de la Justicia (o al menos una porción de ella) es presentada como un equipo ya establecido, que aparentemente ha pasado por varias aventuras juntos, y se dedica a solucionar problemas en Ciudad Gótica, Ciudad Central y Metrópolis. Lamentablemente, no hay NADA en las películas previas que nos haya dado a entender esto; de hecho, la última vez que los vimos, RECIÉN habían aprendido a trabajar juntos en “La Liga de la Justicia de Zack Snyder”. Es un pequeño ejemplo, pues, de lo poco “merecidos” que se sienten algunos de los eventos en “Flash”; se siente como una película que debería haber sido estrenada como la conclusión de una fase extensa y bien hecha, y no luego del fracaso de un Universo que está a punto de ser reemplazado por otro.

Otro ejemplo de aquello es la notable ausencia de Superman. Entiendo que luego del fracaso de “Black Adam” (y la escena post-créditos donde aparecía) Henry Cavill ya no trabaja para Warner Bros., pero considerando lo mucho que lo mencionan, y el hecho de que Barry lo busca activamente en un Universo alterno, resulta extremadamente extraño que no aparezca. La manera en que la trama de “Flash” se desarrolla justificaría una aparición (aunque sea tardía) del Hombre de Acero, pero esto simplemente… no sucede. Entre eso, y su “cameo” sin rostro en “Shazam”, y lo que hicieron con sus labios en “La Liga de la Justicia” de Joss Whedon, uno no puede evitar sentir que la Warner le perdió el respeto al Superman de Cavill hace mucho tiempo. Una verdadera pena, la verdad.

Fuera de eso, sin embargo, Andy Muschietti hace todo lo que puede para inyectarle algo de emotividad a “Flash”. Me gustó que el centro emocional de la película sea la relación entre Barry y su madre, y que la motivación principal para regresar en el tiempo sea salvarla tanto a ella, como a su padre (quien se encuentra en la cárcel). Esto le permite al filme contar con un clímax emocional bastante potente, el cual contrasta a sobremanera con la orgía de efectos visuales a medio hacer con la que cuenta “Flash” durante su tercer acto. Adicionalmente, disfruté de sus interacciones con la Iris West de Kiersey Clemons (quien, de hecho, me hubiese gustado que tuviese un rol más activo en la historia), y del par de momentos que comparte con el Batman de Affleck. Este último es alguien que merecía ser mejor tratado por DC; su Bruce Wayne es alguien al que me hubiese gustado ver en más y mejores películas.

Siendo una película de superhéroes, eso sí, “Flash” cuenta con varias secuencias de acción, y estas son de… variable calidad. El prólogo ya mencionado incluye una persecución bastante emocionante entre Batman y unos malhechores, y la secuencia de rescate a Supergirl no carece de momentos tensos. En general, el estilo de Muschietti va bien con el tono que ha intentado otorgarle al filme —una suerte de punto medio entre la oscuridad de Snyder, y la ligereza de algo como “Shazam”. Por momentos abusa de los lentes angulares (lo cual resulta en planos involuntariamente graciosos), pero en general, nos presenta escenas de acción bien escenificada, que se entienden sin problemas, y que en ciertos casos aprovechan bien los superpoderes de sus protagonistas. Entiendo perfectamente por qué (se supone) que Gunn lo está considerando para dirigir una nueva película de “Batman”.

No obstante, no puedo dejar de mencionar los efectos visuales. “Flash” es de las películas más visualmente inconsistentes que haya visto en un buen tiempo. Algunas escenas, como la introducción de la Baticueva, la persecución ya mencionada con el Batman de Affleck, o la incursión de Barry en los viajes temporales, lucen espectaculares. Pero “Flash” cuenta con demasiados momentos visualmente horrorosos, incluyendo una batalla final claramente grabada en un estudio frente a pantallas verdes. Desde los dobles digitales, hasta las explosiones, los planos con lentes angulares, las animaciones acartonadas, y los reemplazos de rostros —TODO en aquella secuencia luce realmente nefasto, como un “cutscene” a medio hacer de un juego de PlayStation. Mucho se ha dicho sobre lo explotados que son los artistas de efectos visuales de Hollywood, y sobre el poco tiempo que muchas veces se le da a gente inmensamente talentosa para acabar un producción enorme como esta —al parecer, “Flash” es el más reciente ejemplo de aquellos problemas.

De las actuaciones en general, eso sí, no me puedo quejar. Ezra Miller, muy a mi pesar, está… bien, como Barry. El Barry “principal” ha madurado en relación a como lo vimos en filmes previos, pero el Barry del Universo Alterno es increíblemente desesperante y aniñado (hasta lo mencionan en un par de momentos). En todo caso, creo que el problemático actor hace un buen trabajo con ambos roles, y especialmente durante los momentos más serios y emotivos (incluyendo el clímax ya mencionado). Por su parte, Michael Keaton está excelente como BruceWayne/Batman (para sorpresa de nadie), y Sasha Calle, lamentablemente, tiene el ingrato rol de una Superchica mal escrita y con muy poco qué hacer. Michael Shannon está acá solo por la plata, y Ben Affleck brilla como un Batman que, como se ha mencionado ya, merecía mucho más desde hace tiempo.

No se puede escribir sobre “Flash”, sin embargo, sin mencionar los famosos “cameos”. Siendo una historia Multiversal, los fanáticos los esperan, y la película los tiene. Tenemos “cameos” de tres tipos (no se preocupan, no “spoilearé” ninguno): héroes ya establecidos del “Snyderverse” (como Affleck), héroes de películas más antiguas que han sido “revividos” con tecnología digital (algo que, honestamente, me dio nervios y hasta me parece poco ético), y “cameos” completamente inesperados y chocantes. Disfruté mucho de los primeros y los terceros, pero los segundos, francamente, convierten a una cinta ya llena de problemas y manchada con controversias, en algo incluso MÁS cuestionable. Habrá que ver cómo reacciona el público en general a todo esto.

En fin, después de tanta espera y tantos problemas, “Flash” ya se estrenó. No es el desastre que muchos usuarios de Twitter parecen querer que sea, pero tampoco se trata de la mejor película de superhéroes del año, como muchos han estado declarando (dicho honor se lo otorgo a “Spider-man a través del Spider-verso”, al menos por el momento). Lo que tenemos acá es una película bien dirigida y llena de actores y actrices muy talentosas frente a cámaras, que sin embargo, se inunda en efectos visuales digitales mal terminados, decisiones creativas cuestionables (incluyendo la inclusión y la NO inclusión de ciertos “cameos”) y por supuesto, el bagaje con el que llega su actor protagonista. No la pasé mal viendo “Flash”, pero a la vez, la sentí como una película de superhéroes “más”, y no como EL “evento” que seguramente la Warner quería que fuese. Ya es hora de dejar este Universo atrás, y ver qué es lo que James Gunn termina haciendo con estos personajes.

NOTA: “Flash” cuenta con UNA sola escena adicional, al final de los créditos. Es divertida, pero bastante inconsecuente.

Avance oficial:

50%
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