Háblame

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No sé si clasificaría a “Háblame” como una película de terror. Ha sido vendida de esa manera, y el concepto central ciertamente se presta para una experiencia terrorífica. Pero habiendo visto ya el filme, me animaría a decir que se trata, más bien, de un thriller sobrenatural muy dramático. Es decir, lo que tenemos acá es una experiencia consistentemente perturbadora, que nunca me llegó a aterrorizar como otros exponentes del género. A nivel dramático funciona muy bien, eso sí, y me gustó la manera en que los personajes fueron desarrollados dentro del contexto que se presenta. Pero si van a ver “Háblame” esperando una cinta de terror puro y duro, puede que queden un poco decepcionados.

“Háblame” nos cuenta la historia de Mia (Sophie Wilde), una adolescente australiana que entró en una cuadro de depresión luego del aparente suicidio de su madre. Al comenzar el filme, ha pasado ya más de un año desde aquella muerte, por lo que Mia por fin comienza a animarse a salir y pasar tiempo con sus amigos —especialmente Jade (Alexandra Jensen), y su familia: su hermano menor Riley (Joe Bird) y su estricta madre, Sue (Miranda Otto).

Las cosas cambian (para mal), sin embargo, cuando se involucran en un juego que varios chicos de la escuela han estado probando. Resulta que el avezado Joss (Chris Alosio) ha encontrado una mano que supuestamente le perteneció a un psíquico, y que le permite a la gente transportarse al mundo de los muertos. Todo lo que hay que hacer es tocarla, decirle “háblame”, y luego dejar “entrar” a un espíritu. Convencidos de que nada malo puede pasar, Mia, Jade y Riley deciden usar la mano varias veces… hasta que sucede un accidente. Y es dicho accidente el que termina adentrando a Mia en un espiral de terror y tragedia.

“Háblame” cuenta con un par de Jump Scares bastante potentes —uno de ellos involucrando el uso de sombras en la esquina de una habitación durante la noche. Fuera de eso, sin embargo, lo que los directores Danny y Michael Philippou parecen haber querido hacer, más bien, es perturbar al espectador con sucesos inexplicables, visiones de los muertos, y giros narrativos inesperados. Es por eso que, líneas arriba, mencionaba que “Háblame” no es una experiencia de terror puro. Sí, es un filme tenso y que desarrolla una palpable sensación de suspenso, pero “Háblame” parece estar más interesada en empatizar con su complicada protagonista a través del drama y las interacciones entre personajes, que en asustar a sus espectador con puros “¡bus!” Nada mal, considerando que muy bien pudo haberse convertido en una propuesta mucho más genérica.

Porque de genérica, felizmente, “Háblame” no tiene nada. La premisa de la mano que le permite a uno hablar con los muertos está muy bien aprovechada, especialmente en lo que se refiere al desarrollo de los personajes de Riley y Mia. El primero es utilizado como una víctima inocente, como aquello que termina alejando a Mia —una chica ya de por sí solitaria y deprimida— de sus amigos. Ya la segunda se va convirtiendo, poco a poco, en una figura trágica —alguien que recién estaba comenzando a superar la muerte de su madre, y que ahora tiene que lidiar con el mundo de los muertos, y la real posibilidad de que uno de sus mejores amigos vaya a morir y sufrir en una suerte de limbo. Es bastante trágico, y ayuda a establecer esta historia fantástica en un contexto bastante creíble.

De hecho, me gustó que Mia sea desarrollada como una adolescente llena de defectos, y que al no superar la tragedia por la que tuvo que pasar, termina haciéndole daño a un montón de gente cercana. Esto podría haber tenido terribles resultados para la película —no siempre resulta fácil empatizar con una protagonista de ese tipo—, pero la novel Sophie Wilde hace un excelente trabajo interpretándola como una chica asustada. Sí, es alguien que comete errores terribles y que no se da cuenta del daño que le hace a la gente, pero también es alguien que tiene que pasar por situaciones traumáticas, y que está teniendo experiencias que nadie más puede percibir (al menos no de la misma manera que ella). La película hace un gran trabajo aislándola, haciendo que la soledad que antes solo SENTÍA, se vaya haciendo realidad.

El resto del reparto también está muy bien. La figura más conocida en “Háblame” es Miranda Otto (“El señor de los anillos”), quien interpreta a Sue como una madre que se las sabe todas —y que sería capaz de proteger a su familia de quien sea necesario. Alexandra Jensen, por su parte, interpreta a Jade como una chica algo tímida, que de manera similar a Mia, quiere PERTENECER, pero que no siente una necesidad tan fuerte de aparentar ser “cool”. Y Joe Bird destaca en el complejo Rol de Riley, interpretándolo en dos momentos muy distintos y de formas muy opuestas. Es un reparto en su mayoría joven, todos australianos, quienes le otorgan un tono muy fresco y verosímil a la cinta.

“Háblame” es de las experiencias más interesantes de género que haya tenido en un cine este año. Como se ha mencionado ya varias veces, no es TERROR, precisamente, pero sí un filme que se les quedará grabado en la mente por un buen tiempo. Desde las sesiones con la infame mano, hasta las visiones que Mia tiene a lo largo de la película, y pasando por las situaciones trágicas en las que se involucra, “Háblame” logra conectar con el público gracias a la narrativa tan hipnotizante y creíble que logra desarrollar. Y el hecho de que se trate de una producción australiana, protagonizada por caras —en su mayoría— desconocidas, no hace más que sementar un tono oscuro y muy ligado a la realidad de los adolescentes de hoy en día. Es así, pues, que “Háblame” se torna en una perturbadora experiencia que les recomiendo se animen a tener en el cine. Solo recuerden que se NO se trata de una cinta de horror puro —si no de algo un poquito más complejo.

Avance oficial:

80%
Puntuación
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